Baje de las escaleras a duras penas tratando de disimular esa exasperante sensación de timidez qué me aquejaba con bastante insistencia desde que leí su mensaje diciéndome qué ya estaba por llegar a mi casa, esta sensación aumento en cuanto escuche el timbre, casi olvido que le pedí compostura debido al oficial Miller qué descansaba plácidamente en su auto blanco, de lo contrario estoy segura que habría entrado a mi casa como si fuese este un jardín, vamos qué el señor Jones no ha reparado en ser tan prudente cuando de mi privacidad se trata.
—Es usted una mujer muy hermosa— saludo apenas abrí la puerta, juraría qué ni siquiera miro mi vestido —Algo qué siempre me pareció un rasgo fascinante son los pequeños hoyuelos que se forman sobre y debajo de sus labios, la hacen ver una mujer muy dulce
Hoyuelos en los que jamás había reparado en sentido de cualidad, se que están ahí pero y que, no es como si alguien me los hubiese halagado antes y por obviedad se vuelve un detalle devaluado para mi misma pero escucharlo de el justo ahora se vuelve divertido.
Sonreí —Me decepciona un poco qué haya tardado tanto en halagarme este detalle
Soltó una suave carcajada y tomo con suavidad mi mano para apenas y rozar sus labios por sobre el dorso de la misma.
—Soy un romántico empedernido pero hasta yo se que para halagar se deben haber momentos— sonrió animandome a caminar a su lado anclando mi brazo en el suyo —No me gustaría cansarla
—No diga excusas, es usted un avaro— estaba por reprocharme pero le interrumpí saludando al oficial Miller que recargado en la puerta de su auto me sonrió —¡Oiga! Buena noche oficial
Cruzo los brazos —Disfrute su velada, licenciada— Asentí entre sonrisas, estaba por subir al auto de Jones cuando su voz de vuelta nos detuvo —Es un buen vestido, el rojo le va muy bien al caracter
¿Agresión o halago? como saberlo si siempre tiene un tono burlon en la voz, me debatia si solo sonreir o regresar las agresiones con el mismo nivel de cinismo, quizás soy yo quien se siente a la defensiva siempre cuando se trata de Gael, los asuntos son personales ¡Claro que fue una agresión!... O no?.
—¡Por supuesto que le va muy bien!— Eilan reclamo —Vaya qué si señorita Taylor, es un alivio qué hoy su velada sea conmigo
Sonreí casi incomoda por la tensión, me subí al auto y deje salir un hosco suspiro.
(...)
La mansión Jones estaba en las afueras de la ciudad muy apartada y pese a eso el trayecto no parecía ser tan largo, Jones se mantenía en silencio pero se aferraba con fuerza al volante, presionaba su mandíbula cada 10 segundos y ni siquiera miraba los espejos laterales, su vista siempre al frente.
—¿Y ahora porque es su berrinche?— le interrumpí fingiendome desinteresada
Trago —No me gustaría ir ahi— mi vista clavada en el había divisado unos ojos ligeramente cristalinos —No me gustan
Se que Jones era un asesino, estafador, traficante y un gran empresario pero independientemente de ello yo ahora mismo estaba viendo a un niño asustado. Me incline en mi asiento para acariciar su brazo vagamente para consolarlo, se que no quiere llorar así que esta bien si no quiere hacerlo justo ahora, cada persona se conoce a si misma y sus motivos tendrá, bese su mejilla, bese su hombro y recargue mi frente en su hombro.
—No se agobie señor Eilan, Usted no debe quedar bien con nadie, son ellos quienes deben quedar bien con usted— sonreí casi sin querer hacerlo imitando sus palabras —Gracias a usted ellos viven una vida plena y llena de comodidades siendo los número uno sin mover un dedo, estaré con usted, enfrentemos esto juntos
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HIBRISTOFILIA|El Sindrome de Bonnie&Clyde
Teen Fiction"El síndrome de Bonnie&Clyde" Un empresario adinerado es acusado de violación además de supuesto tráfico de armas pero el es suspicaz y hábil, sabe bien a quién recurrir para lavarse las manos pese a ser realmente culpable. GaeIn Taylor, un nombre...