HIBRISTOFILIA|El Sindrome de Bonnie&Clyde

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Mire a su abogado sostener sus papeles con las manos temblorosas y torpemente acomodaba sus gafas, no es que crea que es un estúpido pero si algo aprendí con los años es que siendo abogado no te puedes permitir estar nervioso, es absurdo, mire a Gael quien me regreso la mirada, no hay diversion en su rostro pero tampoco podría atreverme a decir que se hayaba desconfiado.

—Quiero llamar a GaeIn Taylor al estrado— pronunció con fuerza una vez aflojo su corbata —¿Jura decir la verdad y nada más que la verdad?

Tal vez.

—Lo juro

—El día de hoy, un testigo importante no llego por lo que le preguntaré a usted misma ¿Se ha involucrado amorosamente con algún cliente?

—No

—Miente

—En lo absoluto

—Sabemos que un par de sus clientes pasados en los que puedo nombrar a un asesino y a un ladrón mencionaron haber tenido relaciones sexuales con usted

—Así es

—¿Se está contadiciendo?— cuestionó burlon

—Tengo 32 años, para mi el sexo y el amor están muy alejados— alegue con flojera, no necesitaba decir más pero divagar era clave —Tuve relaciones, si, pero no me involucre amorosamente con ninguno— resople —Por amor de dios, estructure sus preguntas de forma correcta— le regañe

Tomo aire —El hecho de haberse involucrado sexualmente con algun cliente ya es suficiente para poner en duda su palabra como abogada, ¿En algún momento alguno de ellos le comento sus planes?

—Yo era su abogada, claro que me contaron sus planes

—Y decidió callarlos, eso es complicidad— aseguro con victoria

—No es valido cuando se me informa para poder defender, es eso lo que un abogado hace, antes o después del juicio a mi ya no me concierne

—Tantas vidas ¿no le concierne?

—Si espera qué diga que si es absurdo, vamos, la culpa ni siquiera podría ser mía, soy abogada y defendí a quien pago por ello, como abogada yo no puedo juzgar a nadie, es la corte quien tiene la palabra final después de todo, si mis argumentos son validos, bueno, supongo que es suerte o profesionalismo— levante los hombros —Quien sabe

—Jamás había escuchado tanto cinismo— espetó con desconcierto

—¿Qué no le dijeron eso en la escuela de leyes?, yo solo estoy citando a un profesor

—¿Tan buena memoria tiene, licenciada?

—No me gusta alardear pero si, así parece

—Imagino entonces que recuerda al señor Miller

—Eso creo

—¿Recuerda el motivo por el cual estaba en juicio?

Frunci el ceño y ladee el rostro —Vagamente pero si

—Le recuerdo, no hay problema— saco un par de papeles para leer imagino notas —El tuvo muchas denuncias por violencia domestica y acudió a usted para librarse de ello

Asentí, ¿que más habría de responder?

—Abogada, usted lo dejo en libretad, el mato a su esposa y a su hija una vez libre

Mire al oficial Miller para saber si el tema le causaba alguna especie de molestia más para divertirme qué para saber de sus desafortunados traumas y en efecto, mordía la uña de su pulgar con demasiado afán así como movía la pierna derecha cada vez más notable.