Mire mi reloj por tercera vez en media hora, hacerme esperar no ayudaba en nada a controlar mi cabeza de los divagues y es que pensar justo ahora se me complicaba bastante, diría más bien que era nerviosismo porque la situación iba muy rápido y yo aún no tenía información completa para de menos salir de cualquier situación, el frío más aparte era jodido, mi piel se erizo apenas una ventisca paso por mi columna, tenía ganas de gritar, estar parada en una esquina a cierta hora es humillante.
Además de eso, deje mi auto en el estacionamiento de la firma porque "Por primera vez, alguien ira a casa de la familia Jones" Y no es que sea pretenciosa pero en efecto tenía curiosidad, pensé que el señor Jones que tiene un alto mando y quizás hasta secretillos poco más... Arriesgados viviría en una casa aparte o algo así, de hecho, tengo curiosidad porque David dijo que Jones mató a su hermano y el abuelo falleció hace bastante y siendo así, el padre también habrá fallecido, digo, hay un heredero pero son tan ridículamente discretos que las noticias no me dicen nada que no sepa.
—Buenas noches, linda
Un hombre alto y quizás con voz desesperada me saludo una vez se acomodo junto a mi, tomó un poco de aire y rio con sutileza ocultando una repentina timidez.
—Buenas noches— salude hosca, nunca me había sentido tan idiota en mi vida
Estuve a nada de largarme de ahí en cuanto lo ví hurgar entre su gabardina, rei con ironía, ¿Buscaba su billetera? ¿Es que de verdad parezco esa clase de mujer?, estaba apunto de cruzar la calle pero una camioneta negra freno de golpe frente a mi, el hombre junto a mi retrocedió y no lo culpo, la situación es sugerente, el copiloto era un hombre con gafas y un par de cadenas en el cuello, saludo levantando suavemente la barbilla y entonces no puedo evitar pensar que esta camioneta no venía por parte de jones porque...no se, solo son inseguridades momentáneas que cualquier persona paranoica podría llegar a tener, eso claro, hasta que el hombre con gafas bajo y abrió la puerta trasera.
—Abogada— Jones saludo desde dentro con una Copa de whisky en mano —Por favor, suba
Y así lo hice importando poco el asombro del sujeto que antes se me acerco, con solo verlo podía adivinar que era una especie de pervertido necesitado de atención, en los ojos se le veia el desespero y dicho así podría ser un violador en potencia muy posiblemente, es que me es fácil reconocerlos ya a estas alturas y quien sabe, quizás en el futuro nos veamos otra vez pero en un juzgado.
—Hágame esperar una vez más y me veré en la necesidad de.-
—De que?— sonrió jovial —¿Me golpeara? ¿Me demandará? ¿O me dejara ver más allá de su escote?
Arqueo una ceja desviando la vista a su copa para dar un sorbo con una sonrisa juguetona y no puedo evitar sentirme avergonzada, sabía que tres botones abiertos era demasiado pero quería verme atractiva por aquello de "No se lo dicen mucho" Son simples y vagas palabras pero tengo ego y me gusta en donde estoy, recibir halagos puede ser de ayuda y no porque los necesite sino más bien por esa necesidad creciente de encajar en un estándar.
No es fácil ser odiada por unos cuantos y ya; "Es una maldita perra" No es algo que vaya conmigo, pienso que suena mejor algo como; "Es una maldita perra pero tiene un lindo trasero", si, eso encaja mejor.
Aun así, no era del tipo de mujer que gusta de usar escotes prominentes o faldas cortas, me caracterizo más por ser elegante y práctica que coqueta y sexy, me funciona más lo otro en mi posición social puesto que tampoco es bueno ser llamada golfa.
Ni muy, ni tan.
—Le pido que visite a Isabel Ferrec
Se quejó —¿Por que debería? Yo quiero muchas cosas pero verla no entra en la lista
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HIBRISTOFILIA|El Sindrome de Bonnie&Clyde
أدب المراهقين"El síndrome de Bonnie&Clyde" Un empresario adinerado es acusado de violación además de supuesto tráfico de armas pero el es suspicaz y hábil, sabe bien a quién recurrir para lavarse las manos pese a ser realmente culpable. GaeIn Taylor, un nombre...