No, Eilan no me estaba esperando en casa.
Al llegar pensé mucho en lo aburrida qué ha sido mi vida desde hace unos años, llevaba ya hace algún tiempo cautiva de la monotonia, este fastidio no es reciente, ni siquiera puedo cuidar bien de mi pez y es hermoso pero tengo la cabeza en otras cosas que no puedo ni siquiera platicar con el como en los primeros días y me siento terrible por eso, le tengo aprecio.
Me siento terrible porque tenía un muy mal presentimiento, sentía demasiada ansiedad y un constante dolor de garganta qué era más bien como una vil amenaza, tome al pez para guardarlo en una pequeña bolsita con agua, vacíe su pecera y así como llego a mi casa decidí sacarlo y no quiero porque me encariñe pese a haber convivido poco, no quisiera dejarlo pero tenia una mala corazonada y nunca fallo por más que me gustaría que esta vez fuese distinto.
Toque la puerta de su departamento un par de veces y suspire cansada de esperar tanto. No me siento bien.
—Taylor— saludo nervioso pero ocultando bien esas mejillas teñidas —¿Qué haces aquí?
Cuestionó fingiendo indiferencia, es inevitable no ver su camisa mal abrochada evitando los primero tres botones así mismo como el labial rosa que marcaba muy bien en su cuello pálido.
—Quería pedirte un favor
Estaba por responderme pero escuche un trote a sus espaldas seguida de una voz chillona, soy quisquillosa así que es imposible no sentirme frustrada por la situación tan incomoda en la qué me encuentro.
—Cielito vuelve conmigo— alegó una castaña poco más alta que yo aferrándose al cuello de Jerome, me miro inquieta y altanera repaso su vista en mi pez —¿Quien es ella?
Ni siquiera lo deje responder, no tenia tiempo, estaba molesta, incomoda y la pecera pesa. Empuje el pecho de Jerome para besar sus labios sin siquiera titubear, desconcertado no me correspondió pero pronto se aferro a mi cintura para besarme de igual forma, abrí los ojos solo para mirar con fastidio a la castaña, confundida nos miro sin expresión aunque podría adivinar qué sentía más enfado qué tristeza.
Tomé la mano de Jerome con mi mano libre una vez me separe de sus labios y lo adentre a su propio departamento —¿Sigues aquí?— le cuestione a la castaña quien no dijo más, tomo su bolso y corriendo salio del departamento —¿Te interrumpí?— cuestione
—No mucho— se dejo caer en su sofá fingiendose desinteresado —¿Por que traes una piraña?
Arrugue el entrecejo totalmente molesta ¿Por que siempre contra mi pez? —Es mi pez, es un betta— deje al pequeño sobre su mesa de centro —Quiero que lo cuides, por favor
Entrecerro los ojos para enderezarse sobre el sofá —¿Por favor?... Dijiste; ¿"Por favor"?— asentí —¿Por que? Esa cosa podría comerme
—No come basura— replique tomando aire —Hoy fue el juicio y por más que crea que estuve bien... Yo no siento que salga de esta
—¿Por qué lo crees?
Negué sin saber que responder —Solo lo siento— Jerome sabe muy bien qué yo estaba en malos pasos, lo supo el último juicio con Ferrec pero admitirlo en voz alta es distinto
Tomo aire para luego exhalar, se inclino para ver más a detalle a mi pez y asintió casi sin ganas —Parece una brocha
—¡Es un pez betta, así se supone que deben ser!— exclame fastidiada
Sonrió —Lo cuidare por ti— le Sonreí aliviada, era lo que más me preocupaba —Y cuando veas que todo esta bien, ven por el— recargo su espalda en el sofá —Me da miedo
—Definitivamente vendré por el si todo sale bien, no confío en ti
—Confías en mi— alardeo altanero —¿Por qué dejarmelo a mi y no a Davis?— pregunto burlon pues no voy a mentirme, el es la única persona en quien confío —Según se, te quiere como a su hermana
El no quiere a nadie y eso puedo jurarlo. Me puse de pie y suspire desganada al ver la pecera, de verdad me gusta mucho, palmee el hombro de Jerome y camine hasta la puerta.
—GaeIn...¿como se llama?— cuestionó con la voz dudosa
—No tiene nombre— susurre, no me siento bien y Jerome lo sabia
—Yo...— soltó una risilla como a su vez lo escuche ponerse de pie, su perfume tan cercano a mi, podía sentir su pecho sobre mi espalda —Yo cambie por ti, me volví un buen chico que pudo cuidar de ti, conseguí un empleo, deje el cigarrillo y enderece mi camino, todo fue por ti— susurro sobre mi oído —Pero tu, mirate, todos los problemas en los que te has metido por Jones— trague, abrazo mi cintura y olfateo con suavidad mi cabello —Yo cambie por ti y tu por el ¿Valió la pena?
—Valió la pena— admití —Yo no se como voy a terminar yo pero tu, tu vivirás 10 años más sin tabaco, con un buen empleo y mujeres hermosas— sonrei —Para ti si que valió la pena
—Sería mejor que valiera la pena para ambos y no solo para uno
Sentía ganas de llorar porque es melancolico, se que ambos nos hemos olvidado y vivimos en una especie de tregua pero siempre es difícil verlo cara a cara y recordar que aunque no teníamos nada, que aunque vivíamos en la basura el y yo estábamos bien. Tome aire pues no quiero llorar.
—Nos vemos luego, Jerome— retire sus manos de mi cintura casi sin querer —Vendré por mi pez, hasta entonces—
Le sonreí una vez salí de su departamento para caminar a prisa hasta el ascensor.
No deje un pez, traje la oportunidad de verlo otra vez, un pretexto, quizás eso era pero no podía distraerme, tenia en mente muchas cosas que dejar en claro para cuando se de el veredicto final, necesitaba un momento, necesitaba un poco de paz.
Quizás me estoy rindiendo sin siquiera notarlo y de ser así, no quiero admitirlo en voz alta.
(...)
Hacían 5 minutos aproximadamente qué me mantuve en el auto frente a mi casa leyendo una y otra vez su texto, si me sentía tranquila por tres dias más de juicio todo culminó de golpe, el mensaje ni siquiera fue enviado desde su movil, es el del juez pero se que es Miller quien lo escribio, lo se muy bien y no es por su mensaje, no son sus palabras, es el hecho de que lo haya enviado desde el teléfono del juez, es eso lo que me hace saber que esto es real.
"Abogada, esta usted bajo arresto, estoy harto del teatro, vayamos siendo honestos"
Me mire por el retrovisor y sonreí, sonreí porque es irónico, es absurdo, es patético porque vamos, todo es sorpresivo, Gael me ataca en secreto para luego burlarse y atacarme de nuevo por donde no espero, lo subestime tanto que ahora entiendo que soy yo quien festejo antes de tiempo, siempre fui yo.
Salí del auto para adentrarme a casa y asimilar la bomba qué cayo sobre mi.Estoy bajo arresto y pensé en apelar pero ¿Para que? De qué me sirve salir y seguir una monotonía qué hace años me tiene agotada, para que podría seguir peleando una lucha qué es conmigo misma.
Bueno si, mi pez esta afuera en la libertad pero fuera de ello qué más tengo.
Y no, Eilan aun no me estaba esperando en casa
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HIBRISTOFILIA|El Sindrome de Bonnie&Clyde
Ficção Adolescente"El síndrome de Bonnie&Clyde" Un empresario adinerado es acusado de violación además de supuesto tráfico de armas pero el es suspicaz y hábil, sabe bien a quién recurrir para lavarse las manos pese a ser realmente culpable. GaeIn Taylor, un nombre...