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Si bien algo había notado apenas entre a su muy escandalosa mansión eran las miradas cargadas de pesadez, molestia e incomodidad incluso me atrevo a decir, evidentemente dicho desprecio no era dirigido al señor Jones claro esta ya qué por lo contrario todos se empeñaban de menos en tener la mínima cercanía con el y me parece curioso como a pesar de ser familia aquí se le ve como lo que es para el resto, el presidente de una cadena hotelera aunque me arriesgare diciendo que también lo tienen en un pedestal, no hay cosa más lamentable qué sentirse un extraño incluso con tu propia familia, eso supongo.

—¿Usted de verdad ha defendido a tantos criminales?— kalem me cuestionó con un aire inquieto, casi tímido por tremenda pregunta —Es decir, no es algo bueno pero me sorprende que lo haga

Sonreí —A mi también me sorprende, no es que tuviera en mis planes de infancia hacer algo como esto pero así resultó

—¿Como decidió ser abogada?

Aquella era la única pregunta qué no quise responderle, era un hombre curioso pero no había ápice de objetivos escondidos por lo que me límite a levantar los hombros. Pronto, la gente que hace un rato había salido apresurada detrás de Joned entro al salón como si nada hubiese pasado, uno que otro chocaba miradas conmigo y a diferencia de cuando llegue, esta vez me sonreían en lugar de solo inspeccionarme con reprobacion.

Suspire —¿Te gusta Canadá?

Asintió —Es muy lindo aunque hay mucha gente y el frio es algo especial

—Cierto, el calor de México debe haberte curtido, yo por lo contrario el calor no lo soporto

Sonrió —Si, Tijuana es un lugar más habitado por trabajadores en busca de buenos sueldos, el hotel está muy olvidado

—Lamentable

Sentí un brazo rodear mi cintura con cautela y pronto su perfume con esencia a pino y madera me embriago —Ya llegue— susurro sobre mi oído plantando suavemente un beso en mi sien—¡Kalem! Dígame ¿como lo está pasando?

—Muy bien señor, es un velada increíble, gracias

Aquel era un sujeto mayor incluso qué yo por uno o dos años tal vez pero su carisma era tan fresco qué sentía que hablaba con un chico maduro de 20 ¡Que cualidad tan unica!.

Desvíe mi atención a mi copa de vino, estábamos cerca de una mesa de bufete por lo que no era raro que se acercaran demasiado sin embargo, un empujón fue lo que me sobresalto, una mujer sostenía un plato y unas pinzas, me miro sin ganas y me sonrió al cabo de un par de segundos, los conte.

—Lo lamento, soy un poco torpe y por poco me caigo— argumento jovial

Asentí, no le respondí más porque Jones jalo con discreción mi cintura para alejarme un poco de ella, no tenia nada que decir tampoco, ni siquiera se me ocurría una forma en la qué pudiera tropezar así como asi y aun así fue un empujón solo a mi hombro, sus argumentos no tienen sentido así que pronto supe que fue intencional.

Jones ancló mi brazo al suyo —No se aleje de mi— susurro sobre mi oído —Kalem vamos, venga con nosotros

Caminamos fuera del salón para entrar a otro, un cuarto qué parecía solitario pero en el fondo había un piano blanco enorme, mire los cuadros esperando hayar detalles de la familia pero ninguno era de ellos, ángeles, santos y más de lo mismo, cuadros religiosos y casi me quiero reír, Jones me dijo que la religión hace mucho dejo de tener valor en su familia, secretos y más secretos, es obvio que solo buscaban disimular pero esto es excesivo.

La culpa es una carga muy pesada en la espalda.

El pasillo era pobremente iluminado, podía notar a Kalem nervioso, el mismo conducía a una puerta de fina madera color caoba, Jones abrió la misma con unas llaves qué mantenía apartadas de las que suele usar.

HIBRISTOFILIA|El Sindrome de Bonnie&Clyde Donde viven las historias. Descúbrelo ahora