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Mire la sorpresa en el rostro de Ferrec y si bien es cierto me siento gustosa también me motifica un poco el hecho de no poder sonreír con regocijo tan abiertamente, no me gusta la pronta celebración y tampoco quiero desviar la atención de donde realmente tiene que estar, el señor White acomodo su saco, sonrió con jovialidad y me parece una maravillosa cualidad en esta ocasión pues es difícil desconfiar de quien sonríe tan carismático.

—Señor White, buen día

—Buenos dias, abogada

Su rostro brillante, su sonrisa alegre, su traje perfectamente alineado, esa forma de hablar tan amable es lo que hará el golpe clave para Ferrec, lo presiento y es que vamos, por algo no llame al hermano menor, quien por desgracia tiene un temperamento naturalmente hostil. Después del juramento me tome un momento para aclarar la primera pregunta, no tengo prisas.

—Señor White, ¿Es usted el hijo mayor del señor Florit Sebastián?

—Claro que si

—Y digame, ¿conoce a la señorita Isabel Ferrec?

—Desgraciadamente, así es

—Comprendo, dígame ¿cual era la relacion entre la señorita Ferrec y su padre?

Suspiro —Mi padre estaba perdidamente enamorado de ella aún sabiendo su pasado en Francia

—¿Su pasado? Quiere contarnos sobre ello?

Asintió —En Francia, la señorita trabajaba como scort, asi conoció a mi padre, pero después cayó dos meses en prisión por intentar estafar a un joyero local, entonces mi padre pago po.-

—Objecion— jerome interrumpio —¿Como sabemos que es verdad?

Antes de que siquiera respondiera el juez me atreví a tomar de vuelta la carpeta que había preparado para sacar una copia del testamento de Sebastián y el acta de matrimonio.

—Exacto, ¿como saberlo si esta interrumpiendo un testimonio?— carraspee —Tome la osadía de traer una copia del testamento del señor Florit y poder aclarar la situación, señoria— cuestione en afán de saber si se podía continuar, asintió —Por favor, señor White, continue

Asintió —Como decía, mi padre pago para que se limpiara el historial de Ferrec, ya sabe, un hombre enamorado

—Imagino que fue entonces que Ferrec se casó con el señor Florit

Asintió —Si me pregunta, veía amor por parte de mi padre ¿pero de ella?— resoplo —Dejo mucho que desear.

—¡No puede acusarme por nada de ello!— Isabel alegó molesta —¡Eso es absoluta mentira!

—¡Señorita, guarde silencio por favor!— exclamó el juez

—No pretendo que se le acuse por intentar estafar a un joyero en su natal Francia, señorita ferrec— aclare —Pretendo que los señores del jurado y el señor juez comprendan un poco por donde voy— me gire con el señor Emerson y sonreí con discreción— Gracias señor White— me despedí para animarlo a volver a su lugar —llamo a la señorita Isabel ferrec al estrado

Me miro con molestia, presionaba sus puños con fuerza y me hace gracia ver que ni siquiera es capaz de controlar su enfado, es que si pensó que Jerome era mejor abogado que yo lo minimo que puedo hacer es restregarle en la cara el porque se me suele llamar "la abogada del diablo" Y no es por alardear, es como afán de demostrar quien soy.

HIBRISTOFILIA|El Sindrome de Bonnie&Clyde Donde viven las historias. Descúbrelo ahora