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Al subir a su auto sentía ese aire de incomodidad y no era por él precisamente, era por mi, me había puesto demasiado perfume para absolutamente nada, irritante era pensar en que quizás podría oler de más, aceptemoslo, el perfume siempre será de cuidado, frunci el ceño porque después caí en cuenta de que ya rara vez pasaba por mi en una camioneta en donde siempre iban dos de sus hombres, me parecía curioso que de un momento a otro fuese él mismo quien decidiera conducir. 

—¿Podría decirme qué hizo anoche? Es que me quedé sin espías

—¡Hombre! Hablemos de cosas importantes, me ha quedado claro que es un hombre que no tiene ningún historial limpio, exijo que sea absolutamente honesto y me diga que más ha hecho

Asintió sin muchas ganas —Como le he dicho, he hecho cosas de las que no me siento orgulloso— tomó aire, el hecho de hablar de ello parecía asustarle —Tengo las manos manchadas de sangre y una terrible cadena de amantes a las que nunca les mostraría apoyo incondicional, pero eso usted ya lo sabe— sonrió sin muchas ganas y continuó —Puede que tal vez una o dos veces haya colaborado en el tráfico de armas

Resople —¿Y que? ¿Ahora me dirá que es un terrorista? Sabe, señor Jones, si hubiese sido inteligente realmente me habría dicho toda la verdad desde un inicio, no cuando el segundo juicio de su libertad está a la vuelta de la esquina

Sonrió —Le pido una disculpa pero sepa que tampoco es tan fácil llegar con una desconocida— giro a verme y de vuelta sonrió —Una muy bella desconocida y decirle todo lo malo de uno mismo

—Que martirio el suyo— mire la hora en mi reloj de mano y suspiré —Dígame, ¿Ferrec sabe de esto? ¿Hay forma de que lo hubiese podido investigar? 

—Se que tiene conocimiento del tráfico de armas pero de ser un asesino, bueno, pues nunca la invite a mi casa así que dudo mucho que lo sepa

Frunci el ceño confundida, ¿nunca la invitó a su casa pero era su amante? Sonreí, es muy irónico que Ferrec se conformara con migajas de atención solo para tener un poco de dinero, ahora entiendo poco más el motivo por el que decidió ponerle una demanda, que inteligente pero que idiota, si sabía del tráfico de armas entonces es el tema principal que debió tomar, no una violación, vamos, a nadie en el Gobierno le importa, Ferrec solo actuó por desesperación y siendo así, puedo pensar que su lengua será despistada y soltara su boca floja con la pregunta correcta. 

—¿Qué le hace pensar que sabe del tráfico? 

Soltó una risilla y para entonces estacionó el auto frente al café en donde íbamos a desayunar —Pues es una historia graciosa, una tarde en la Oficina ella me fue a visitar, estaba de rodillas detrás del escritorio, así se lo pedí para cualquier emergencia— bire los ojos con fastidio pero el continuo —Entonces llegó uno de mis socios y hablo del tema abiertamente y claro, el que iba a saber que tenía de rodillas a una francesa dándole mimos a aquello

—Vaya anécdota— me incline para desabrochar el cinturón de Seguridad, no obstante, mi vista fue a dar a los asientos de atrás en donde un pequeño ramo de tulipanes yacía escondido —Le... Le servirá para contarsela a los nietos, felicidades

Me baje del auto y detrás de mi, tulipanes, es que iría a ver a alguien más después de hablar conmigo? No es que me moleste el tema precisamente pero sentía curiosidad. Que ser humano que tiene en riesgo su libertad por líos de faldas va y busca "Una suplente", los hombres son un caso muy mediocre en cuanto a razonamiento. 

Entramos al café, no es que lo conociera, de hecho, fue él quien lo sugirió y lo conocía bastante al parecer, le seguí el paso hasta una de las escaleras y así llegar a la terraza, bastante agradable y solitaria, recorrió mi silla por mi y sonriente me ánimo a tomar asiento. 

Que caballero, pero que manipulador. 

—Siendo el caso, es probable que use el tema en el juicio, las pruebas son fundamentales, ¿tiene contacto con alguien que trabaje con usted? 

Guardo silencio por un rato, lo conte, un minuto y tres segundos exactos, mordía la uña de su meñique y su ceño fruncido mientras hacía memoria, asintió dudoso y de vuelta asintió con mayor seguridad. 

Ligeramente molesto, claro está. 

—Hubo una reunión en donde la lleve y por motivos obvios la deje sola por un par de minutos, para cuando regrese a buscarla ella ya mantenía una charla con un montacargas

Frunci el ceño, una reunión de hombres pretenciosos en donde alguien de bajo nivel puede asistir, es difícil de creer y dado ya el historial de mentiras que el señor Jones tiene conmigo me ví obligada a mirarlo con disgusto, levantó las cejas con sorpresa y sonrió cual niño. 

—Se lo que piensa pero le juro que estoy siendo honesto, para ese trabajo específicamente procuramos no contratar a tantos hombres— tomó el menú y suspiro —El montacargas en la reunión servía como seguridad, vaya que si lo recuerdo

—¿Como un hombre de su etiqueta recordaría a un simple empleado?— sonreí burlona —¿Es que se puso celoso de un montacargas? 

—Siempre he pensado que una mujer es tan inteligente como se le rete y usted es el vivo ejemplo

Cambiando el tema de nueva cuenta, el señor Jones parecía ser un libro abierto pero lo cierto era que era un tipo reservado y cuidadoso en lo que a su vida personal y sentimientos respecta, es como si tuviera puesta una armadura y una áspera pared construida a base de carisma y mentiras, mi pregunta es; ¿De que se protege?. 

Suspire —¿Hay modo de que podamos hablar con el y saber de que habló con Ferrec? 

Negó —Es un drogadicto cualquiera, apuesto a que ese día estaba tan drogado que ni siquiera lo recordaría

—Estoy segura de que lo puede intentar— la mesera se nos acercó con elaborada simpatía y una amplia sonrisa —Solo quiero un panque de vainilla, chocolate caliente y un jugo de uva por favor

Asintió, desvío su vista en Jones y solo levanto los hombros, ella asintió de vuelta y salió corriendo, seguramente era una señal de "Lo de siempre", era fácil notar que el lugar era muy concurrido por el y me parece curioso porque el café tenía ese aire de ser familiar, flores por doquier, toda clase de decoraciones. 

—Puedo contactarlo si gusta pero le garantizo que será una pérdida de tiempo

—Pérdida o no, usted decide, es su libertad la que cuelga de un hilo

Asintió —Suficiente trabajo por hoy, dígame, ¿El señor Jerome la trato como merece?, no he podido dormir pensando en ello

Sonreí sin muchas ganas y asenti —Me trato de maravilla, claro que él sabe hacer lo suyo

No es que considere apropiado hablar del tema con el pero estaba ofuscada y recordar la visita a la casa de Ferrec y todos esos gritos me hacen querer decir que yo lo he pasado mejor, cuestión de egos, nada más. 

—Imagino, menos mal, me preocupaba que no fuese suficiente

—Cabe mencionar que no es algo que deba preocuparle a usted

Sonrió —Un buen trabajo la mantendrá feliz y si esta feliz podrá ser mejor rendidora en el Juzgado, usted lo dijo, mi libertad cuelga de un hilo

Negué con ironía y suspire, yo también puedo cambiar de tema, hablar de esto no me parece un Tabú pero con el señor Jones podría resultar un arma de doble filo, no término de tenerle confianza y la verdad es que rompí mi promesa, he seguido mi lectura de aquellos libros sugerentes que tanto me agradan. 

—¿Cuándo podría agendar la cita con aquel montacargas? Estoy un poco ansiosa

Fruncio el ceño —No es bien parecido si es lo que le intriga

—No sea ridículo, por favor

Sonrió —¡Mañana mismo! 

—Perfecto.

El desayuno llegó finalmente y si alguien me hubiese dicho que me acostumbraria al señor Jones seguramente me reiria en su cara... Claro que, hoy por hoy eso resulta cuestionable. 


HIBRISTOFILIA|El Sindrome de Bonnie&Clyde Donde viven las historias. Descúbrelo ahora