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— ¡Hyoga!

Shun corría con todas sus fuerzas, podía sentir a su cisne cerca, ya faltaba poco y aunque había sido un milagro que despertara el octavo sentido, su cuerpo todavía se sentía un poco pesado como para poder moverse con la misma fluidez que fuera del inframundo.
Finalmente a lo lejos pudo ver a su cisne, discutía con Seiya todavía, en eso todos fijaron su atención hacia un punto en específico, el cosmos de Ikki había desaparecido y una figura esbelta y femenina apareció de la nada.

— ¡Shun!

Pero Hyoga ignoró completamente a la chica y corrió hacia su conejito, Shun a su vez corrió más rápido hasta que solamente los separaban 9 pasos, estaban a nada de encontrarse hasta que...

— ¡Alto!

Ella formó una pequeña barrera entre ellos para impedir que ambos lograran tan siquiera tocarse, Hyoga volteó hacia la chica con molestia y Shaun ni siquiera le importó.

— ¡Maldita sea! ¿¡Qué le hiciste a Ikki!?

Seiya corrió con la clara intención de atacarla, pero ella fue más rápida y detuvo sin mucho esfuerzo su su puño.

— no haría eso si fuera tú, e Ikki ya no podrá interrumpir nunca más

Shaun caminó hacia la pareja, los miraba de manera despectiva, no podía entender porque había elegido a ese chico en lugar de ella.

— tú debes ser Shun, aunque claro... Ya te conocía pero tú no a mí, yo soy Shaun... Lo sé, es una coincidencia que tu nombre y el mío sean similares, pero no nos desviemos del tema. Seré breve, te he traído al inframundo con la intención de entregarte a Hades, y cuando lo haga finalmente podré quedarme con tu identidad, tu pasado, tus amigos, tu hermano y tu amorcito serán míos y ellos me deben aceptar así sea a la fuerza, aunque no les guste

Explicó la chica, Seiya y Hyoga miraban a la chica con desprecio, sin duda está mujer era una verdadera arpía.

— ¿Shaun? June... ¿Eres la amiga de June? ¿Tú eres la que provocó que yo pierda la oportunidad de ganar la armadura? ¿La misma Shaun que la engañó para que yo me quede en la isla?

Shun no podía creerlo, ahora podía finalmente conocerla; si una vez pensó que sólo era una buena persona ahora pensaba que era la peor persona en la faz de la tierra.

— oh sí, la bella June, aún recuerdo su rostro angelical agonizando de dolor antes de que yo la sacara de su miseria. Me pregunto si ya las gaviotas le sacaron los ojos

Shaun sonrió y sin ningún remordimiento pensó una vez más en June, aquella chica ingenua que fue su primera víctima, ese rostro y esos gritos de agonía todavía podía oírlos como una bella melodía en su cabeza.

— ¿¡June está muerta!?

Preguntó Shun con horror, su mejor amiga había muerto, pero eso no era posible, se negaba a creerlo, tenía que ser una broma cruel.

— ¿Estás sordo? Sí, está muerta porque yo la maté, ¿Y qué? ¿Vas a ponerte a llorar por esa tonta?, Me decepcionas, llorar no resuelve nada, a nadie le importa una mierda tus lágrimas... Eso yo lo sé más que nadie...

Los ojos de Shun se cristalizaron por las lágrimas que amenazaban por salir, Shaun era sin duda una mujer cruel y sin escrúpulos, no había duda que en ella no había ni una pizca de bondad, ella no era una buena persona como lo había pensado en un inicio.

— Shun, conejito por favor no llores, yo me encargo de ella

Hyoga le sonrió para intentar consolarlo, eso era lo único que podía hacer, pues ella le estaba impidiendo tan siquiera tocarlo.

— ¡Hyoga! ¡Aléjate de ese tipo!

Exclamó con furia al ver la ternura con la que su cisne se dirigía a ese hombre.

— ¡La lucha es conmigo Shaun! ¡No te dejaré atacar!

Habló Seiya para dar a entender que seguía allí.

— ¡Tú a callar! ¡Hyoga, mátalos a todos! ¡Que no haya nadie con vida!

Ordenó la chica, después se giró para darle la espalda a los presentes y caminar en dirección contraria a ellos.

— ¡Hyoga, debes resistir! ¡No debes dejarte ganar!

Gritaron tanto Seiya como Shun, mientras el ruso llevó sus manos a su cabeza tratando de resistir el control de Shaun.
Minutos después llegó Shiryu, había demorado por tener que traer algo de santuario, algo que iba a serles de mucha utilidad.

— lamento la demora ¡Dragón naciente!

Apenas llegó lanzó su ataque hacia Hyoga al ver que esté estaba a punto de atacar a sus amigos.
Hyoga cayó al suelo por la fuerza del impacto.

— Shiryu, tardaste mucho

Seiya tuvo que explicarle de manera breve la situación, Shiryu le mostró al contrario una daga dorada.

— usemos esto para acabar con Shaun, es la única manera

Sólo había un problema, ¿Quién distraía a Hyoga?

— ustedes alcancenla, yo me encargo de Hyoga

Dijo Shun, quién miraba atentamente al ruso para vigilar que no se levante.

— Shun, de ninguna manera, es peligroso que te quedes tú solo con él

— Seiya, déjalo... Él sabrá defenderse, es fuerte

Shiryu intervino y le sonrió a su amigo, Shun en respuesta le devolvió la sonrisa.

— bien, pero ten cuidado y si las cosas se ponen difíciles llámanos y trataremos de venir a ayudarte

Habló Seiya, si a Shun le pasaba algo estaba claro que Ikki no lo iba a dejar en paz por lo que restaba de su existencia.

— no se preocupen y vayan..

Saori

Ella había vuelto a su mansión, no estaba preocupada por Shaun, había dejado todo en manos de Hades y aunque la idea le causaba estrés él le hizo prometer que no se iba a arrepentir.
No dejaba de pensar en June, su cuerpo había sido encontrado está mañana en un muelle abandonado, al parecer Shaun había tenido que ver.

— ahora no sé que haré con ésto...

La joven diosa observó una hoja de papel entre sus manos, en ella se podían leer los resultados de una investigación. June una vez se había acercado con ella, había solicitado ayuda para localizar a una persona, alguien que conoció en su niñez, y que debido a la muerte de su familia se vió forzada a abandonar el lugar donde pasó la mitad de su niñez, jamás volvió a verla y sólo quería saber si seguía con vida, de ser posible quería saber que fue de su vida.

— creo que era mejor que nunca te enteraras de la verdad...

Arrugó la hoja de papel y la arrojó a la chimenea, entré sus pocas letras apenas entendibles se podría leer un nombre.

Shaun...

Nightmares - Shaun vs Shun x HyogaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora