Hijos del Sueño - Primera Parte

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En el último capítulo de Cantos de Sirena vimos que Jyn había regresado al mundo de los vivos. Como muchos ya sabéis, en Hijos de la Noche la dejamos en el Velo, atrapada en el mundo que había creado el Fénix...

Pues bien, detrás de ese regreso hay una bonita historia, y ha llegado el momento de conocerla.

Espero que la disfrutéis :)


Jyn Corven y Marcus Giordano

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Jyn Corven y Marcus Giordano





Hijos del Sueño - Primera Parte



Algún lugar del Velo



—Empieza la cuenta atrás para la llegada del voivoda.

—¿El voivoda de Volkovia?

—El mismo. Después de años encerrado en su Imperio de Hierro, Harkon Vandalyen va a salir de su cripta para hacer un tour por todo Aeron... Vespasian y él se reunirán en el Palacio Imperial.

—¡Guao!

—Sí, guao... dicen que va a ser el evento del año. Del siglo incluso. Tu hermano quiere que Lansel y yo formemos parte de la guardia de honor del Emperador. Pretende que nos pasemos toda la reunión de pie frente a los muros, custodiando el Palacio junto a una selección de pretores de cada una de las Casas... como monos de feria, vaya.

—¿Monos de feria? —La carcajada de Jyn resonó por toda la playa—. ¡Marcus!

Era música para sus oídos: la más dulce melodía que jamás había escuchado. Jyn Corven... su amada Jyn Corven. Lansel decía no entender cómo era capaz de pasar tanto tiempo atrapado en aquel fragmento de irrealidad en la que estaba atrapada, que vivían una mentira que tarde o temprano acabaría haciéndoles enloquecer, pero Marcus se resistía a escucharle. Él no podía entenderlo. Ni él ni nadie. De hecho, Giordano estaba convencido de que tan solo los auténticos protagonistas de aquella trágica historia podían comprender la importancia de aquellos momentos. Ya fuesen cortos o largos, dependiendo del humor de ambos, aquellos momentos que compartían eran los únicos que lograban darles sentido a sus vidas. Unas vidas teñidas por la tristeza y la melancolía de las que ambos se sentían casi tan culpables como prisioneros.

—Debe ser todo un honor formar parte de esa guardia, estoy convencida —aseguró Jyn, con los ojos negros fijos en las llamas doradas de la hoguera. Ante ellos, más allá del fuego, el océano infinito se mantenía en completa paz, tranquilo y sereno, conforme al humor de su creadora—. ¿Crees que el Emperador habrá participado en la selección?

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