13.

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Al volver a clases estas se le hicieron más aburridas que nunca en su vida, muchas de las cosas que les enseñaban ya se las sabia, y una que otra las había provocado él mismo. La mayoría de esas cosas estaban mal relatadas y varios de sus hechos eran completamente inventados estuvo apunto de corregir a su profesora de historia en más de una oportunidad, pero se detenía sabia que le preguntaria como sabia eso y no podia responderle "Porque estuve ahí o yo lo provoque" lo tomaria por loco.

Volvió a cabecear llamando la atencion de Kaiser, si mal no recordaba esa era una de las clases favoritas de su amigo.

- Shion.- le susurro para que solo él lo escuchara, pero no obtuvo respuesta. Tenia otro método para despertarlo- Despierta borrego.

Le corrió el brazo en el que se apoyaba logrando que casi se diera un cabezazo en la mesa. Se despertó dispuesto a darle el golpe de su vida a Kaiser pero la voz de su profesora lo detuvo.

- Shion, si quiere dormir salga de mi clase.

- No me tiente.- susurro lo más despacio que pudo- Lo siento profesora, pero usted también debería esforzarse para que sus alumnos no se duerman, no soy el único que estaba casi babeando.

- ¡Fuera de mi clase!

- Con gusto.

Salio ante la mirada atónita de sus compañeros, ¿Donde se había ido el Shion que conocían? Cuando él era uno de los más pacificos en el aula, algo tuvo que pasarle en las vacaciones para que cambiará tanto. Camino sin rumbo alguno hasta que se encontró con el curso de Dohko en plena educación física. No seria mala idea robarse a su primo unos minutos. Cuando les dieron la pausa para ir tomar agua tomo de una de sus manos a su amado Demonio llevandoselo lejos de la vista de los demás. Dohko lo quedo mirando sin entender que estaba haciendo ahí.

- ¿Tú que haces aquí?- se cruzo de brazos, tratando de verse enojado aunque no podía negar que ese nuevo lado rebelde de su primo le gustaba mucho.

- Me sacaron de clases.

- ¿Otra vez?

- ¿Que quieres que haga? Me aburro.

Dohko suspiro ante el pequeño puchero que el otro hizo, tomo sus manos entre las suyas para besarlas con cariño, haciendo sonreir a Shion.

- Aunque te aburras, esta es la nueva vida que tenemos hay que aprovecharla, asi que, aunque me guste suprime esa rebeldía tuya un poco, y recuerda lo que mi tío Camus te dijo, si te volvian a sacar de clases te iba a castigar.

Trago saliva, su papá casi nunca lo castigaba pero cuando lo hacia le daba miedo, veía un lado de Camus que muy pocas veces salia a la luz, un lado más serio y enojon de lo normal.

- Esta bien, me portare mejor. Pero no le digas nada a mi papá.

- Por mi no te preocupes, preocúpate por los profesores. Tengo que irme.

Le robo un beso corto en los labios para salir corriendo a su clase. No supo que desde lejos cierto gemelo los vio y se encargaría de difundir el "amor incestuoso" de esos dos.

~•~

Camus se sentia observado desde que salio de su casa, ese día no tenia que ir a trabajar y decidió ir a compar algo para la cena, fue caminando hasta el supermercado más cercano, lo que ahora le parecía una muy mala idea, podía defenderse a la perfección de cualquier persona que quisiera robarle o algo por el estilo, pero sentía como si una presencia maligna lo perseguia. Miraba de reojo sobre su hombro, no encontrando nada raro más que una calle con poca gente en ella.

- Imaginaciones mías.

No le tomo importancia y siguió con su camino. Desde lejos y escondido Saga lo observaba, había escuchado por casualidad de la boca de Shion que ese bello pelirrojo ese día no trabajaba por lo tanto estaría solo en su casa, no lo pensó dos veces para escaparse de clases y esperar el tiempo que fuera necesario para tener la oportunidad de acercarse a él.

¡La oportunidad al fin había llegado!

Cuando volvía a su casa lo siguió muy de cerca tratando de que esa belleza no se diera cuenta de su presencia, cosa que sin saber como lo consiguió. Cuando vio que estaba llegando a su casa decidió actuar, si entraba seria demasiado tarde. Lo tomo por la cintura mientra le tapaba la boca y lo arrastraba a una especie de callejon. Camus forcejeo, incluso le mordió la mano, si pensaba que se dejaría arrastrar como una pobre victima estaba muy equivocado, si no lo soltaba pronto le daría en la cabeza con lo primero que encontrara.

Fue liberado luego de un fuerte forcejeo, no alcanzo a equilibrarse bien cuando fue apresado contra una pared, al ver quien era el responsable se paralizo, podían pasar cientos de años pero Saga siempre le provocaría terror.

- Hasta que al fin puedo tenerte como quiero.- le sonrio de una manera que le hizo recordar los días que lo tuvo cautivo.- eres mucho más hermoso de cerca.

Acerco su rostro viendo complacido como el otro trataba de retroceder o escapar. Camus buscaba alguna forma de escape, no podía volverse a repetir la historia, no podía volver a tener tan mala suerte, pero tampoco se podía dejar vencer o acobardar. Mirándolo bien aun era una niño tendría unos 18 o 19 años cuando mucho, y él 41 recién cumplidos, era imposible que ese mocoso le ganara. Reunió todo el valor que tenia, le dio una mirada seria que hizo que Saga dejara de sonreir. Lo aparto de su cuerpo empujandolo de un hombro.

- No te tengo miedo maldito mocoso.

- Tu rostro hace unos segundos decia otra cosa, Ángelito.

Un escalofrío le recorrió la espalda, le rogaba a todos los Dioses que conocía que ese niño no haya recuperados sus memorias sino no sabría que seria capaz de hacerle.

- Dejame en paz.- volvió a empujarlo, apartandolo por lo menos un metro de él.- Y no te me vuelvas a acercar.

Saga se estaba enojando su plan no salio como lo espero, ocuparía una pequeña carta que tenia en la manga. Antes de que esa belleza pelirroja saliera del callejón tomo un mechón de su cabello con delicadeza, pero a la vez con la suficiente fuerza para detenerlo.

- No te verías nada mal con los cabellos aguamarina.- le dio una sonrisa escalofriante.

Camus dejo de pensar, le dio un fuerte puñetazo en el rostro para que lo soltara de una vez. Corrió hasta su casa sin importarle dejar las cosas que compro abandonadas, y a Saga tirado en el suelo sobandose la mejilla. Llego a su hogar sin saber que hacer, solo se apoyaba en la puerta sin poder creer lo que había pasado, sintiendose mal por haber golpeado a un niño, un niño que le había hecho mucho mal.

- Dioses no, por favor, no puede estar pasando otra vez, no.

🐯🐏

Estos gemelos los amo y los odio a la vez 😅

ScorpioNoMilo. 💕


El Recuerdo de un Demonio. [3.Temp.] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora