Capítulo 1

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Nueva escuela, nuevos amigos, nueva vida.

— ¿Estas bien, cariño? —pregunta mi madre al notar que estaba mirando mi nueva escuela por la ventanilla del carro. Volteo para verla y asiento con una sonrisa. La verdad estoy muy feliz de que mi mamá tuviera la decisión de cambiarme de escuela.

Me quito el cinturón de seguridad y le doy un beso en la mejilla —Estaré bien Mami.

Salgo del carro y cierro la puerta. Camino hasta la entrada del "The School Angels". Entro, veo a los estudiantes caminando y hablando con otros. La campana de repente suena y todos se dirigen a sus aulas.

Busco el aula de Literatura que es la que me toca. Al encontrarla, entro, observo algunos estudiantes dentro, había chicas mirándome de arriba abajo igual que chicos, les regalé una sonrisa a todos y me senté en una de las sillas del medio. Varios minutos después entraron más estudiantes al aula, luego el profesor.

—¿Ya están todos? —cuestiona el profesor. Todos nos miramos y asentimos— Perfecto. Hola, chicos y chicas. Soy el nuevo profesor de Literatura, me llamo Julio Guzmán, y ahora vamos a comenzar por las presentaciones, ¿Qué tal si comenzamos contigo? —señala a un chico de la tercera fila.

El profesor Guzmán era de promedio medio, por la cara parece que tuviera unos 30 años.

Cuando llega mi turno de presentarme me levanto de la silla y comienzo— Hola, soy Grace Gardener, tengo 18 años, soy nueva y espero llevarme bien con todos —me vuelvo asentar.

Escuché decir algunos de mis compañeros "Bienvenida Grace" y otros solo seguían mirándome con curiosidad. Me sonrío a mí misma y presto atención a los otros compañeros que se presentaban. Al terminar las tres horas de Literatura, salgo del aula para dirigirme a la cafetería, —tenía mucha hambre no me había desayunado en la mañana por haberme levantado tarde—Al entrar a la cafetería me asombro.

Era enorme, esto no se comparaba a la escuela que yo estaba, además tenía demasiadas mesas para comer, —hasta creo que sobraban—, camino hacia donde está la comida, al llegar una de las mujeres que estaban sirviendo me ve y sonríe.

—Hola querida, ¿Qué deseas? —me pregunta.

—Bueno, quisiera una homelet, un zumo y una pequeña porción de ese pastel de chocolate —digo señalando el delicioso pastel.

La mujer asiente, todo lo que le pedí lo coloca en una bandeja y me lo pasa con una sonrisa.

—Muchísimas gracias —le agradezco y me retiro asentarme a algunas de las mesas vacías. Cuando comenzaba a comer el Homelet una chica de cabello marrón, tez blanca, un poco maquillada y bien vestida se sienta al lado de mí.

— Hola Grace. —me sonríe— Soy Yael, estamos en la misma clase de Literatura.

— ¡Ah! —me asombro al recordarla.

— ¿Y qué tal te ha aparecido la clase?

—Me ha aparecido genial, a decir verdad.

—Me alegro mucho, ¿Y ya tienes amigas? —negué con la cabeza—Pues, ya tienes a una —vuelve a sonreír.

Cuando iba a preguntarle algo, se sienta un chico delante de nosotras. Yael hizo un gesto de desagrado al verlo, él era un poco parecido a Yael.

— ¿Qué estás haciendo aquí? —le pregunta Yael.

— ¡AY HERMANITA! —exclama— Se escucharía más bonito si dijeras: Hermano querido que bueno verte aquí —el chico sonríe mostrando todos sus dientes blancos. Él es súper atractivo.

— Ash, no te soporto —responde Yael.

— ¿No me piensas presentar a tu amiga Yael?

— Grace, él es mi hermano Jael. Jael ella es Grace, es la nueva.

Jael agarra mi mano y la besa— Mucho gusto princesa.

Sonreí un poco por la cara que había puesto.

—El gusto es mío Jael —el hermano de mi nueva amiga ya me comenzaba a caer bien, él parece del tipo de persona en la cual puedes confiar y la persona correcta que te puede hacer chistes hasta que explotes de risa.

Repentinamente pienso en algo.—¿Ustedes se llaman iguales?

Ambos se miraron y negaron con la cabeza.

—Suenan iguales, pero se escriben diferente, nena —me responde Jael.

Hago un gesto de sorpresa al escuchar esa respuesta. Es la primera vez que escucho ese nombre.

—Bueno, por lo que has visto del instituto, ¿Qué te ha parecido?— interroga Yael refiriéndose hacia a mí.

—Por lo que he visto... —expreso— Inscribirme a esta escuela fue lo mejor que mi madre ha hecho en toda su vida.

Jael y Yael me observan sorprendidos, parece que lo que había dicho nunca lo habían escuchado.

—¡Oye Grace! ¿Quisieras ir a una fiesta que haré en mi casa? —Yael chilla a mi lado.

—Por supuesto, solo no sé dónde vives —dije algo tímida.

—Te iré a buscar, mándame tu ubicación por WhatsApp.

Agregué los números de los dos hermanos y ellos hicieron lo mismo conmigo.

Cuando se termina la hora del almuerzo a mi siguiente clase que era Biología y al parecer me tocaba con Jael. En el curso los asientos eran en pareja, Jael se sentó junto a mí. Las dos horas de Biología Jael se la pasó haciendo chistes malos, pero daban risa como los decía. Luego me contó que tenían dos hermanos más.

—El mayor de nosotros se llama Kael, luego sigo yo y mi melliza Yael y...

Le interrumpo— Tú y Yael ¿Mellizos?, eso si es impresionante. Yo iba a tener una hermana gemela.

— ¿Y qué pasó?

—Cuando nacimos, yo fui la única que lloró y abrió los ojos, mientras —hago una pausa— Mi hermana no lo hizo.

Me entristezco un poco al recordar el día cuando mi madre me lo dijo con lágrimas en los ojos. Debería ser demasiado deplorable perder a un bebe.

 "Pero me siento muy feliz de tenerte aquí a mi lado Grace" —recuerdo sus palabras.

—Lo siento mucho Grace.

—Ya no importa —lo miré con una sonrisa restándole importancia.

—Claro que importa —dice—Ahora mismo tendría la misma edad que tú.

— ¿Es en serio Jael? Parece que fue a ti que se te murió la hermana.

—No digas eso, sé que discuto un montón de veces con Yael, pero amo a mi hermana, creo que si Yael me falta algún día, me muero.

—Por Dios Jael, no digas tonterías.

—Es enserio, Grace— habló con demasiada seriedad.

De pronto nos quedamos callados y atendimos a la clase.

Unas horas más tarde se termina la clase. Al salir me despido de Yael y Jael con un beso en la mejilla. Caminé hacia el estacionamiento, observé el carro de mi madre parqueado, al llegar hasta el me subo, le doy un beso en la mejilla a mi mamá y ella me sonríe.

— ¿Como te fue querida?

—Súper bien, conocí a dos hermanos que ahora son mis amigos.

—Me alegra mucho escuchar eso—sonríe.

—Por cierto—recordé algo— Uno de los hermanos me ha invitado a una fiesta que hará en su casa mañana.

—Y quieres que te de permiso —logra decir.

Asentí.

—Ya veremos —dice y finaliza la conversación.

Ese "ya veremos" es como decir: Te daré el permiso si limpias la casa cada semana, sacas la basura todos los días y arreglas tu habitación cada cierto tiempo.

Ya se me quitó el deseo de ir a la fiesta.

Gael Gray ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora