Capitulo 3

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­-Suelte mi cabello por favor -logré decir con un tono de nerviosismo.

El hombre suelta el mechón de cabello y me mira con determinación.

Sabia lo que quería, solo era un pervertido. Con él a mi lado no me sentía cómoda, al contrario, me sentía asfixiada.

De repente me agarra fuerte por el abrazo y vocea- ¡Vendrás conmigo te guste o no!

Intentaba zafarme de su agarre, pero él es más fuerte que yo.

-Oye, creo la chica te había dicho que la soltaras -habla un chico detrás de mí.

El hombre sube la cabeza y me suelta rápidamente.

-Ka-ka... -tartamudea.

-Lárgate Daniel -dice sin más. El hombre llamado Daniel se va a pasos rápidos.

Me giro para ver al chico que acaba de salvarme.

-Hola, soy Kael -estira su mano en forma de saludo.

¿Este era el hermano de Yael y Jael?

"Debería de ser, hay algunos parecidos con Jael"

Me quedo paralizada mirándole, él es un poco más grande que Jael y también que Yael, era castaño, tez blanca y unos hermosos ojos marrones...

- ¿Estas bien?

-Disculpa -le estrecho la mano-, soy Grace mucho gusto.

Frunció el ceño- ¿Eres la nueva amiga de Yael?

"Parece que Yael le ha hablado sobre mi"

-Si, soy la amiga de Yael, ¿Tu debes de ser el hermano mayor de ella?

Me suelta la mano y asiente

-Por lo que veo, eres la nueva vecina de la calle C.

- ¿Yael te lo dijo?

-No, ya te había visto caminando hacia tu casa.

Lo miro dudosa esperando una respuesta de su parte, al ver que no, pregunto -¿Me perseguías?

-Perseguir, es una palabra que solo les luce a los acosadores y yo no soy un acosador.

- ¿Entonces? -pregunto esperando más respuestas.

-Solo quería saber con quien se juntaba mi hermana, cuando pasaba por ese vecindario me dijeron que había vecinos nuevos y te vi caminando a tu casa -se escoge de hombros restándole importancia.

Sin decir nada más, me entraron ganas de orinar. Paso por su lado, pero este me detiene agarrándome del brazo.

-También fue un gusto conocerte Grace -Sonríe.

-Lo mismo digo Kael -me suelta el brazo y sigo mi camino hacia el baño.

"Grace, pero no sabes donde queda el baño"

Al pensar eso, me giro para preguntarle a Kael pero no veo a nadie. ¿Dónde podría ir tan rápido?

No sabia adonde estaba el baño, llevaba como cinco minutos dando vueltas pasando entre las personas. Hasta que veo unas escaleras, avanzo hacia ella evitando chocar con los que estaban en mi alrededor, pero me era imposible.

Al fin logro subir las escaleras, el pasillo se veían varias puertas que deberían ser las habitaciones, algunas de ella tenía que ser el baño. Abro la primera puerta que veo a mi lado, entré. Estaba un poco oscura, suerte que esta habitación tenía un balcón que dejaba entrar la luz de la luna llena. Pude ver todo organizado, la cama king size estaba arreglada, al lado de la cama estaba una mesita de noche, con una lampara y un libro al lado de esta; veo que al lado del balcón había un estante enorme con muchos libros, se podía ver que estaba organizado por color, al lado de mí estaba el armario.

Miro una puerta dentro de la habitación -eso tiene que ser el baño-me acerco hasta la puerta y entro, enciendo la luz y me alegro al ver lo que era. También el baño estaba organizado.

Me bajé los jeans y me senté en el trono e hice la primera. Al terminar, escucho la puerta de la habitación abrirse y cerrarse a la vez. Alcanzo el interruptor para apagar la luz del baño rápido.

"Debería irme, pero ¿cómo saldré?, si la persona que entró es el dueño o la dueña de la habitación y me ve salir del baño ¿Qué va a pensar?"

-Oye, ya basta, deja de besarme -habló una voz masculina.

-No, no lo haré -ahora habló una voz femenina...

¿Esa no era la voz de Yael? ¿Con quien estaba? Tal vez era su, ¿Novio?

-Eres caprichosa Yael. Basta, ¡NO! -gritó la voz masculina entre risas.

-No sabía que tenías cosquillas- Yael también se ríe.

Puede haber una posibilidad que esta sea la habitación de Yael, y el chico con quien está sea su novio.

-¡Ja! Que graciosa Yael, deberías irte me iré a bañar, estoy cansado.

-Eres amargado.

El chico se ríe súper alto.

"Wow, su risa era hermosa"

Luego de unos segundos no escucho nada más que mis respiraciones -parece que se han quedado en silencio- de pronto vuelvo a escuchar a Yael.

- Sabes que te quiero, ¿verdad?

-Lo sé... Yo lo sé Yael.

Ahora escucho la puerta de la habitación abrirse y cerrarse. Escuché pasos acercándose. Pensé tan rápido como pude, me entré a la bañera y cerré las cortinas.

La puerta se abre y se encienden las luces. Tenía bastante curiosidad de quien era el novio de Yael. Así que me arriesgo y asomo un poco la cabeza.

Si había una palabra para describir a este chico seria Hermoso, el chico era alto, lo miro -no podía dejar de verlo-, sin pensarlo, el chico comienza a quitarse el T-shirt y juro por Dios que quisiera despegar la mirada de él, pero el maldito era un maniquí viviente para admirar, su espalda era asombrosa -se veía que hacía ejercicios-, podía alcanzar a ver algunos lunares. Luego se quita los zapatos, para comenzar a desabrocharse los pantalones, en un cerrar de ojos se deshace de los pantalones y queda en bóxer - Uhm, Calvin Klein-, le quedaban muy ajustados. Cuando veo movimientos de quitárselos, dejo de mirar.

Y ahora ¿Qué hago?, él va a entrar a la bañera, y si me ve... ¡Oh, Dios mío! ¿¡QUE DEBO DE HACER!?, esto es un pecado Grace, mirar el novio de tu amiga semidesnudo... ¿Seria pecado?, si lo es mañana mismo iré a la Iglesia a confesarme.

De pronto una voz me saca de mis pensamientos y entro en pánico.

-Pequeña pervertida, ya puedes salir.

La cortina se abre de golpe y lo veo cara a cara. Tiene cara de enfado y de confusión. Dios, en que me he metido.

 Dios, en que me he metido

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Gael Gray ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora