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Antigua Grecia

-Euríale, Esteno, vengan aquí.- Dijo Forcis, el padre de las Gorgonas. -Les presento a Poseidón, Dios del mar. - Las dos chicas hicieron reverencia ante en imponente Dios para luego posicionarse al lado de su padre.

-Y díganos mi señor, ¿a que debemos su visita el día de hoy?.- Poseidón comenzaba a caminar por el lugar mirando los alrededores como si buscara algo en específico.

-Pensé que tenías 3 hijas Forcis.- Dijo al fin el gran hombre.

-Las tengo señor. Euríale, Esteno y... Medusa.- Dijo el hombre sin ánimos de mencionar a su tercer hija, o como él la llamaba ''la hija inútil''.

-¿Donde está Medusa?.- Dijo el gran Dios.

-Bueno, verá, ella es seguidora de Atenea, trabaja en el templo de su hermana.- Dijo Forcis excusándose por la ausencia de su tercer hija.

-¿Entonces protege el Templo de Atenea?, mi hermana nunca menciono nada sobre utilizar una Gorgona para proteger su templo.- Dijo el Dios un tanto confundido.

-No mi señor, me refiero a que trabaja como sacerdotisa en el Templo.- Dijo un poco nervioso el hombre.

-¡JÁ!, Pero que absurdo, el trabajo de una Gorgona es el proteger los hogares y palacios de los Dioses, no el ser sacerdotisa. ¿Pero que pretendía Atenea?, ¿Asustar a medio pueblo con un monstruo?.- Dijo divertido entre carcajadas Poseidón.

-Mi señor.- Habló Forcis tan bajo que el Dios apenas pudo escucharlo.

-Medusa es... Bueno, ella es mortal.- Dijo apenado el padre de las Gorgonas.

-¡¿Que dices?!, ¿Pero como es que tú y Ceto pudieron tener una hija mortal?.- Dijo asombrado el Dios.

-No lo sé señor. Es la única de nuestras hijas que no cuenta con poderes. Es una simple humana servidora de Atenea. Al menos es lo único que pudo conseguir por ser virgen. De algo tenía que servir.- Señaló el padre.

-No me digas.- Dijo Poseidón pensativo.

-De acuerdo Forcis, venía para pedirte a una de tus hijas para que cuide la entrada a mi palacio pero ya que me hablaste de Medusa, me dejas con la curiosidad de conocer a tu hija mortal.- Dijo al fin el Dios.

-Temo que no le servirá de mucho mi señor. Además no creo que su hermana...

-Mi hermana no tendrá por que enterarse. Es más, envía a Euríale a mi palacio, tengo un buen trabajo para ti. Pero aun así deseo conocer a Medusa.- Dijo interrumpiéndole a Forcis.

-Como usted mande mi Señor.

MEDUSADonde viven las historias. Descúbrelo ahora