MEDUSA

C.21

La aterrorizada mirada de Amelia me estremecía completamente. De pronto mis ojos picaban por soltar algunas lágrmas pero me contuve y tomé una profunda respiración.

Ella tenía bastante en que preocuparse por su familia y no podía permitir que se preocupara también por mi.

-Nada querida, solo...- comenzaba a explicar cuando me interrumpió abruptamente.

-¡NO, NO MIENTAS!.- Comenzaba a decir mientras s eacercaba cautelosa hacia mi.

Cuando llego a centimetros de mi comenzó a examinar mis heridas.

-No es necesario que me lo cuentes si no quieres Medusa, pero ésto...- dijo señalando mis morados golpes.- Ésto pudo matarte.- termino de decir con algunas lagrimas en sus ojos.

-Estoy bien Amelia, no debes preocuparte.- le dije a mi amiga mientras la abrazaba con fuerza y aguantaba el dolor que em provocaba para que ella no se preocupara.

-Prométeme que no te volveras a acercar a lo que sea o quien sea que haya hehco daño.- decía mi mejor amiga.

-Lo... prometo.- dije pensando en como evitaría a las razones de mis heridas.

-Bie.- dijo Amelia soltandose de mi agarre y limpiando su rostro.

-¿Desayunaste ya?.- preguntama mi amiga poniendo manos a la obra.

-No aún.- contestaba limpiando también algunas lágrimas.

-De acuerdo entonces te quedaras con nosotros. ¿Tienes que ir al templo hoy?.- preguntaba mi amiga mientras se disponía a cocinar el desayuno.

-No, pensé en tal vez darme el día de hoy.- dije tranquilamente mientras mi mente daba mil vueltas a las consecuencias de no haberme prescentado hoy.

-Por supuesto que no ibas a ir en ese estado, ¿que pretendes?, ¿asustar a medio pueblo con tremendos golpes?.- decia pero no contesté.

-Lo... lo siento Medusa, yo...- comenzaba a disculparse Amelia.

-No, no, descuida, tienes razón, esperare un poco y dire que estuve enferma creo.- dije.

-Bueno, dejemos ya de pensar al respecto y desayunemos.- me dijo mientras comenzaba a poner la mesa.