C.6

463 29 0
                                    

Mientras recogía un poco y después de lo que había parecido una no tan desastrosa cena, pensaba en el joven pesquero y lo que Forcis me había dicho. Yo no conocía a ningún Dios, a lo que es más, a la Diosa Atenea la había visto una sola vez. Comenzaba a pensar que la Diosa quizá me había abandonado, pero luego saqué ese pensamiento erróneo de mi mente. Era un ser sobrenatural muy  poderoso e importante en el planeta, era obvio que no iba a perder su tiempo conmigo.

-Euríale, ¿que haces ahí?.- Le dije desconcertada a mi hermana mayor quien se encontraba analizándome. Al preguntarle ella solo posó su dedo índice sobre sus labios para que me callara.

Se acercó a mi mirando a todos lados para evitar que alguien la escuchara.

-Hermanita, debes de ser cuidadosa con lo que cuentas a nuestros padres. Sabes perfecto que mamá le cuenta todo a papá.- Me dijo Euríale con firmeza en su voz.

-Lo sé, lo siento. Pero es que ni siquiera pasa nada con ése joven, lo juro. Justo hoy lo conocí.- Le dije un poco triste a mi hermana mayor.

-Pero te atrajo ¿cierto?, sabes perfecto hermanita que no se te perdonará si es que llegas a involucrarte con alguien.

-Ya lo se hermana. Me lo han repetido bastante, incluso yo misma me he preguntado si sería capaz de romper mis votos solo por un joven.

-¿Y?.- Preguntaba curiosa la gorgona.

-Me conoces Euríale, no lo haría jamás.- Le dije firme y segura de mi decisión.

Ella sonrió y negó mientras reía un poco ante mi expresión confusa.

-Querida hermanita, yo sé que no lo harías. Dios esperaría que si lo hicieras. Vamos cariño, eres la única mortal aquí. Tienes una sola vida por Dios, ¿que puede querer Atenea de ti?, ¿Como te recompensará solo por ser ''buena chica''?. La verdad hermana es que morirás un día, y sinceramente es triste que pases tu vida así.- Me dijo un poco triste. Y justo como la anciana Elena me dejó pensando mucho sobre mi vida.

-Tienes razón hermana, pero no sería capaz de romper las reglas. Al menos hablaría con mis padres y Atenea, en dado caso renunciaría al templo pero no rompería las reglas nunca. 

-Eres muy honesta para ser mas atrevida hermana. De acuerdo, pero promete que lo pensarás, yo te apoyare incluso hablare con papá y mamá si así lo quieres, pero debes pensarlo bien ¿de acuerdo?. No hagas nada malo niña. Sigue siendo honesta, personas como tú necesita éste mundo asqueroso.- Me dijo mi hermana con sinceridad acariciando un poco mi mejilla para luego salir de la habitación donde me encontraba.


MEDUSADonde viven las historias. Descúbrelo ahora