C.9

380 26 0
                                    

-¿Donde estabas?.- preguntaba mi padre luego de que entrara a la casa, logrando darme un buen susto.

-Fui a ver el anochecer.- le dije tomando una honda respiración luego del susto.

-¿Te viste con alguien?.- me preguntaba mirándome directo a los ojos.

Si algo tenía que reconocerle a mi padre era su meticulosidad a la hora de analizar a las personas, él podía detectar una mentira a kilómetros de distancia. Pero no quiere decir que mis hermanas y yo no pudiéramos distraerle y muchas veces mentirle, ya lo conocíamos a la perfección, y cada vez era mejor cuando debía ocultarle algo.

-No papá, solo fui a dar gracias por otro día, sabes lo mucho que me gusta observar los atardeceres y las estrellas.- le dije muy segura tomando su mano.

-De acuerdo.- me dijo aun con la ceja alzada.-Ve a dormir.

-Si padre. Descansa.- le sonreí y le dí un beso en la mejilla.

Aún cuando sabía que mi padre no era el mas perfecto y era la menos preferida de sus hijas, él era mi padre y en cierto punto sentía que me quería aun que fuera un poco.

Fui a mi habitación y cambie mi atuendo por uno más cómodo para poder dormir.

-Medusa, ¿estas dormida?.- dijo susurrando mi hermana mayor entrando a la habitación sin hacer mucho ruido para no ser escuchada.

-No, ¿que sucede?.- dije levantándome de mi cama.

-¿Quien era ese chico?, ¿era Perry?.- me preguntaba desesperada.

-Mmm, si. ¿Se lo dirás a papá?.- Le pregunte triste.

-No lo haré. Pero debes prometerme que no lo veras más.- dijo sería con su mirada fija en mi.

-Pero el asiste a misa al templo de Atenea, ¿Como pretendes que lo evite si él está ahí?.

-Solo ignóralo, no le hables, no le permitas acercarse a tí. Y de ser posible dile que no quieres volver a verlo.

Las palabras de mi hermana me dolían en el alma, realmente no quería dejar de ver a Percy, él era un chico amable y bondadoso, sabía que no podría tener mas que una amistad con él debido a mis votos pero pensaba en al menos ser su amiga. No me haría daño socializar mas con bueno... mi especie. Yo era una simple chica humana, no poseía ningún don, ningún poder.

-Pensé que al menos podía ser su amiga.- dije agachando la cabeza.

-Lo siento cariño, es mejor así, es por tu bien.

Tomó mi mejilla en una caricia para luego salir de mi habitación dejándome sola y triste.

MEDUSADonde viven las historias. Descúbrelo ahora