PROTECTOR╎국민

XIII

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Otra semana transcurrió con normalidad, Jungkook estaba cumpliendo su propósito al llegar a vivir junto a Jimin, la promesa que le hizo de protegerlo de su padrastro permanecía intacta, y Jimin estaba más que agradecido, su mejor amigo había puesto en primer lugar su bienestar, su seguridad y sobre todo, su amistad.

Jungkook podría parecer alguien desalmado, serio, hasta incluso recuerda que lo llamaron el líder de una pandilla, solo por sus tatuajes y piercings. Bola de idiotas. Jimin era el indicado para desmentir todo tipo de rumores, lo conocía mejor que nadie, y para nada Jungkook era el tipo despiadado de los tatuajes, todo lo contrario, estaba seguro que él sería el abogado más tierno y divertido que podría pisar un juzgado.

Lo amaba, sí, porque sabía que él jamás le fallaría, y últimamente estaba más que asustado, estaba de hecho, aterrado, y no tenía que ver con Lee, había dejado a su padrastro en segundo lugar de las cosas que más le daban miedo. 

El primer lugar lo ocupaba Jungkook, no exactamente su persona, o tal vez sí, no lo sabía, estaba confundido, porque tener un sueño húmedo con su mejor amigo no era algo que a él le preocupara, al menos no antes. Pero ahora, con una erección formando una tienda de campaña en su pantalón de pijama, ya no estaba tan seguro.

Mucho menos cuando lo tenía a centímetros de su cuerpo, piel con piel rozándose y el deseo de que su sueño se hiciera realidad.