XXXIV

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Lee Dong Kwan, ese es el nombre de uno de los hombres más buscados por la policía china.

Más de 150 denuncias por acoso sexual y violación a menores de edad, en su mayoría varones, en los últimos 18 meses.

Un prófugo de la justicia que dio a parar a Corea del Sur, en busca de nuevas víctimas, pero para quedarse él sabía que tenía que contraer matrimonio, es aquí donde Sun Hee se convierte en la máscara perfecta para cubrir su verdadera cara.

Lee no puede estar más complacido con su elección al descubrir que aquella mujer tiene por hijo a un hermoso ángel, Park Jimin, y él lo quiere poseer, él lo desea, lo anhela y lo ansía con cada fibra de su cuerpo.

Jimin es su próxima diversión, aquel inocente ser, Lee quiere tomar hasta la última gota de su alma. Pero se vio interrumpido por una falla en sus planes.

La mujer que cortejó y prontamente conquistó, con la que unos meses después se casó, resultó ser una madre sobreprotectora, una ama de casa que no se apartaba de su hijo.

Y ahora una tercera persona se interponía.

Rió para sus adentros recordando cómo llegó hasta ese punto, con una sonrisa de lado ideando un nuevo plan.

Lee yacía sentado en el cómodo sillón de la sala, maquinando peligrosamente en su cabeza una forma de deshacerse de Jungkook.

Vio salir de la cocina a su esposa y no dudó un segundo en hablarle.

—¿No crees que Jimin y Jungkook estestán demasiado juntos?—su voz autoritaria y demandante causó escalofríos en el cuerpo de Sun Hee.

—¿Qué estás queriendo insinuar?—Sun Hee frunció el ceño y se cruzó de brazos.

—Sabes que Jimin es un adolescente y Jungkook...

—Mira, amor, sé que te preocupas por Jimin pero lo que sea que estes pensando, no es así, conozco a Jungkook y conozco a mi hijo.

—Tal vez no los conoces muy bien—Lee le dio una mirada que la asustó un poco, era intimidante y profunda.

—Hablaré con Jimin, si eso te deja más tranquilo, lo haré mañana—Sun Hee se fue a su habitación un tanto preocupada.

Lee sonrió más que satisfecho y se levantó del sillón para ir tras su esposa y hacerle compañía, como el buen esposo que tenía que ser.


























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Oficialmente estamos en la recta final. Muchas gracias por su apoyo ❤

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