19. Llamado de sangre

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     Adam se encontraba en posición fetal en su habitación, mientras lloraba desconsoladamente por la inhumana humillación a la que había sido sometido hace unas horas atrás.

     Cuando se enteró del video y de su propagación a través de todos los teléfonos celulares del instituto, huyó lo más pronto posible a casa, en busca de protección. No quería que nadie le viese la cara, no quería estar bajo las burlas y acosos de los estudiantes de Queen Victoria, por lo que se escapó de clases y tomó el primer bus a Acton. Intentó llamar a Duncan muchas veces, pero era inútil, no contestaba, así que solo decidió apagar su celular, ya que decenas y decenas de mensajes y notificaciones aparecían en su pantalla de inicio, todas estas de burlas e insultos.

     Al llegar a casa, tanto Ibrahim como Imogen le habían preguntado él porque había arribado a su hogar cuando aún faltan tres horas para finalizar con la jornada escolar, pero ni siquiera tuvo las agallas para explicarle a ambos que un video de alto contenido sexual de él y otro chico del instituto circulaba entre las redes sociales. Quería tomar un poco de tiempo antes de que Ibrahim recibiese la notificación y lo colgase de la lengua en el árbol más cercano.

     —Por favor, Dios, te misericordia —susurró con el corazón en la garganta, y sin darse cuenta se quedó profundamente dormido con sus mejillas húmedas y su reputación acabada.

     Por mucho tiempo la vida había sido bastante generosa con Adam, mucho más de lo que había sido con Duncan, a pesar de haber vivido los primeros ocho años de su vida dentro de un orfanato, con niños que no conocía y mujeres que lo trataban como a un familiar, no había crecido con una mamá, mucho menos con un papá o hermanos, más allá de la familia Dankworth, sin embargo, no había sentido que su vida fuese realmente una tortura, era feliz y estaba agradecido por lo que tenía, pero por primera vez pudo imaginar el dolor y el acoso que Duncan había tenido que soportar durante la mitad de su vida.

     Durante esos veinte minutos, que habían parecido años, soñó con su hermano, al cual podía divisar en un lugar bastante cálido y lleno de flores, era raro, jamás había visto a Duncan cubierto por flores. Intentaba llamarlo, pero el sonido de su voz no lograba salir, quería saludarlo y decirle que lo amaba, pero cada vez se hacía más lejano. Solo observaba las flores con la sonrisa más tranquila que alguna vez hubiese visto plasmada en el pálido rostro del castaño.

     Pero su paz no duró suficiente, ya que se despertó sobresaltado cuando escuchó el fuerte portazo que retumbó entre el estrecho pasillo.

     Abajo, en la zona del comedor Ibrahim e Imogen permanecían sentados en la elegantes sillas de madera que hacían juego con la mesa de finas patas, mientras que permanecían en silencio tras la temprana aparición de Adam, lo que no se imaginaban era que minutos después su segundo hijo atravesaría el umbral de la puerta con el cabello alborotado y el uniforme hecho un caos.

     Aquella actitud déspota del pelinegro los había alertado de inmediato, por lo cual Ibrahim no dudo ni dos segundos en llamarle en tono dictatorial, a pesar de ello Duncan ignoró los incesantes llamados por parte de Ibrahim, el único sonido que podía procesar su cerebro por los momentos era el de un molesto pitido interno que retumbaba sobre sus oídos con agresividad. Por otro lado, su mirada estaba nublada, tanto que pudo jurar que llegó a su habitación a zancadas de puro instinto. Sudaba frío, pero mantenía los labios sellados... Sabía que estaba a segundos de enfrentar a su destino.

     Cerró la puerta detrás de él con seguro, para luego despojarse de su mochila negra, la cual dejó de golpe sobre la silla de su escritorio. Inhaló y exhaló en reiteradas ocasiones, llenando los pulmones del aire que le faltaba, y con un rápido movimiento levantó el grueso colchón de su cama para poder sacar el sobre manila que permanecía allí abajo desde hace un mes atrás. Lo dejó reposando sobre el cobertor blanco, mientras que con manos temblorosas sacaba los resultados del examen de ADN de su mochila.

DUNCAN © #2 [✓]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora