Habían pasado días del choque de Kion con un árbol, todavía no despertaba, sorpresivamente nadie fue a molestarlo en esa larga "siesta", al parecer ningún animal pasaba por esa frontera del desierto con el de la selva.
Hasta que por lo menos 10 días después despertó con la marca que le dejó en la cara el impacto, le dolía un montón, aunque por eso quedó algo ciego, no podía saber ni dónde estaba, sólo recordaba que tropezó con ese mismo árbol al ver visto a ese búfalo u otro tipo de animal endemoniado en la noche.-¡¿Hay alguien por ahí?! Por favor, alguien ayúdeme, estoy ciego, no sé por dónde voy.
Pero toda esa llamada fue para nada, se sentía solo y triste, lejos de su entorno, lejos de sus amigos, lejos de todo lo que lo mantenía feliz o más bien dicho, con ganas de vivir.
Caminó por cualquier lugar, siempre en cuando con sigilo para que ante cualquier error, no lo vengan a atacar aprovechándose de su ceguera. Sintió un charco, quería ver su propio rostro, pero no podía, otra vez se puso a llorar, se preguntó por qué fue tan estúpido de haberse largado a tal distancia, si se suponía que no sería tan larga la distancia con Fuli, por qué echó todo a perder.
Se enojó tanto que en un momento empezó a lastimarse a sí mismo con sus garras, salia sangre de donde rasguñó, el charco absorbía la sangre, luego la tomó. Estaba entrando en un estado de depresión, quería volver lo más pronto posible, se alejó del charco y corrió, no importa donde iba, sólo quería huir de donde estaba, no había nadie quién lo pudiera ayudar.
Se prometió que si llegaba a oler algún olor de algún animal, lo mataría, todo con tal de no morir en ese estado.
Ese día la pasó muy mal, no pudo cazar nada, por primera vez tuvo que dormir sin comida, nunca antes sintió esa sensación con sus padres, lo único que hizo fue acostarse arriba de un árbol, supuso que no habría ningún mono por allí.
La selva era un entorno que no conocía, pero no dudaba de la presencia de monos, luego de eso, ya no sabía qué tipo de animales habría, podrían haber muchas diferencias entre las praderas y una selva común y corriente.
Ya cuando amaneció, lo único que sintió fue obviamente la luz del día asomando en su cara, no supo cómo bajarse del árbol y se cayó.
-Bueno, devuelta a empezar el día sin poder ver nada de nada.
En la roca del rey Nala empezaba a preocuparse, quería que Kion vuelva lo más pronto posible, pero Simba le decía que Kion vendría seguramente muy sano, ya no era un bebé, algo había aprendido de técnicas para defenderse.
Le urgió tanto saber de la situación de su hijo que no dudó en llamar a Ono, él había pensado que Kion ya había vuelto, Nala temía que algo le haya sucedido. No sería un viaje fácil para Ono, menos en una selva donde hay una gran cantidad de árboles y animales salvajes.
Si bien Kiara y Kovu estaban algo distanciados, debido a la anterior pelea que Kovu había tenido con Kion, ambos pudieron llegar a un acuerdo, en el fondo ella lo único que le interesaba era que Kion regresara, al contrario, Kovu quería volver a tener algo más con ella en vez de este "pacto"
-Bueno pues ¿Te parece bien? Tú vienes con tu manada a ayudar y te dejaremos estar por un periodo de tiempo en la roca del rey.
-Me parece bien, no veo nada malo que dañe nuestro acuerdo.
-Entonces, dime ¿Cuándo iremos? ¿En uno o dos días?
-Kiara, no es fácil, no vendrás con nosotros, no quiero que te pierdas.
-A ver, yo puse las condiciones aquí, yo también iré, mi hermano es quién está en peligro en este preciso instante.
-Lo entiendo, pero no puedes irte así como así ¿Sabes que si te pierdes o mueres, soy el blanco para tu padre? Vuelve a este universo y ni se te ocurra desobedecer.
-Odio decirlo, pero vale, puede ser que no esté muy preparada para afrontar ¿Has recibido algún entrenamiento de tu madre?
-Sí claro, por eso, debo ir yo. No sé cuándo iremos, pero estoy seguro que será dentro de poco, tú sólo ten paciencia.
-Ok, lo que digas, avísame con anticipación.
-Lo haré, no los traicionaré.
Kion seguía caminando sin saber dónde pisaba, lo único que faltaba era que se quede sordo y ya era el manjar para cualquier animal que lo vea, por suerte no le sucedió eso aún.
Pensaba en Fuli mientras pisaba, pero todo se interrumpió cuando escuchó que alguien pisó una hoja, sus orejas no podrían engañarlo.
Respiró calmadamente, cerró los ojos, se repitió varias veces "vamos Kion, tú puedes, es tuyo". Emitía algún tipo de sonido, pero Kion no le prestó atención, sólo quería la presa.
Justo detrás del animal, pudo sentir su olor, salieron sus garras, mostró los colmillos, le caía saliva de la boca.
Saltó, pero su suerte fue mala, no lo agarró inmediatamente, no se rindió y corrió tras él.
-¡¡¡MAAAAMII!!! AYÚDAME, UN LEÓN QUIERE COMERME.
Estuvo a punto de agarrarlo, un rinoceronte parecido a Beshte lo emboscó, no lo dejó inconsciente, pero sí quedó sin poder moverse.
-Mmmm, me parece que te equivocaste de animal, pequeño.
-Lo siento, hace como tres días que no como, me desespero. Me imagino que usted será su madre ¿No es así?
-Jajajajaja, amigo ¿Que no sabes diferenciar? Yo soy un amigo suyo, y no dejaré que nadie le haga daño.
-Es que no puedo ver, soy ciego.
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Kion y Fuli Un Amor Distinto [¡Terminada!]
RomanceUn día una Chita y un León experimentarán un sentimiento distinto, distinto a todo, distinto a lo normal. Sin importarles la opinión de los demás, lucharán juntos hasta el final, juntos a la par siempre. 16/05/2018- 01/01/2020