Kion y Fuli Un Amor Distinto [¡Terminada!]

El final

Llegó el mediodía en todas las praderas, el ser misterioso ya fue sacrificado, se liberó todo el mal que contenía dentro de él, desapareció y se esparció.

- ¿No te arrepientes de haber hecho esto Simba? - le pregunta Rafiki

- No, me gustaría haber sabido algo más de su historia, se veía algo triste, pero para ser un buen rey, hay que tomar decisiones duras, aunque duelan, todo por el bien del reino.

- Me alegro de eso ¿Sabes? Mufasa también era parecido a ti. Él debe estar orgulloso de tus decisiones.

- Ojalá mi padre estuviera aquí. Quisiera un abrazo de él.

- No te preocupes, aunque no puedas recibir un abrazo, él estará desde el más allá mirándonos, y en especial a ti.
Y cambiando de tema ¿Crees que Zuri estará bien donde la mandaste?

- Yo creo que sí, ella aprenderá valores, si todo va bien, puede volver algún día. Hasta que no aprenda no volverá.

- Si quieres podría yo ser su instructor.

- No, no hará falta. No sé si Kion y Fuli quieran, pero creo que deberías hacer preparativos para que ambos se casen.

- Esperaremos lo que haga falta.

- Fuli ¿Tú quisieras que nos casemos?

- Kion ¿No te parece muy pronto para eso? ¿Además que lo hagamos delante de todos los animales?

- Fuli, deja la vergüenza. Yo no tengo vergüenza de ti. ¿Por qué debería importarnos lo que digan los demás? ¡Al diablo con ellos! Sólo que claro, si tú quieres, no te voy a forzar a hacer nada que tú no quieras.

- Pues, sí, me gustaría, sería grandioso.

- Tú piénsalo, luego veremos si le decimos a mi padre.

- ¿Piensas que él lo aprobaría?

- Sí, de echo lo escuché hablando de eso, él no tiene ningún problema. Lo último que quedó pendiente es que nos pregunte a nosotros.

- Ah, con qué espiando a tu padre?

- Pues claro, para este tipo de cosas es necesario tener buen oído.

- Por fin te encuentro Zuri...

- ¿Tifu? ¿Qué haces aquí?

- No sabes, me costó mucho venir hasta acá, tuve que romperme todo para descubrir dónde estarías.

- ¡Tifu! Sólo dime a qué viniste.

- ¿A qué más? A verte. Quería saber si te sentías bien aquí, por ahí precisarías compañía.

- Muchas gracias por venir Tifu entonces. A decir verdad, no, no me siento mal, ni triste, sólo que en algunas ocasiones en las que me aburro tiendo a reflexionar.

- ¿Reflexionar de qué?

- Bueno, sin irme muy a fondo, preguntarme sobre quién quiero ser, quién soy, por qué soy así, son tantas cosas las que pienso que no te podría deletrear todo, sino estaríamos toda la noche.

- No tengo problema, tú eres mi amiga, estoy dispuesta también a ayudarte. Sé que durante todo este tiempo no te has comportado muy bien, y que tampoco me trataste de una manera digna, pero estoy segura que podrás cambiar para bien, no lo dudo.

- Gracias amiga, en un momento como este, eres la única que me está conteniendo.

- ¿Pero tú estás sola?

- No exactamente, suelo hablar con algunos lugareños de por acá, aún no soy muy amiga de todos, pero de a poco voy. Además Rafiki ha estado conmigo, hace que intente ser más solidaria y comprensiva.