Déjame Odiarte [14]

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Peter se había ido a primera hora. De una forma tan silenciosa que ni siquiera me desperté. Conciliar el sueño fue una tarea un tanto complicada. Y asimilar lo que me había pasado horas atrás era algo difícil de digerir.

Cuando por fin me decidí a hacerle caso a mi intuición y comenzar a investigar por mi cuenta, nunca reparara en lo peligroso que se podría convertir. Sobre todo, cuando los enemigos son personas empoderadas capaces de terminar contigo únicamente moviendo un dedo. Sabía que me enfrentaba a mi padre y tenía muchas ganas de demostrarle al mundo entero lo mala persona que era. Sin embargo, en mis cálculos no entraba la idea de que fuese él mismo quién quisiera apartarme de sus planes. Ayer tuve miedo, pero no voy a parar hasta llegar al final.

—¿Por qué haría algo así? —pregunta de repente William, pasando por mi lado, tan normal, mientras se prepara su desayuno.

Estar cerca el uno del otro todavía sigue siendo incómodo y un tanto intimidante. Estas son una de las primeras frases que intercambiamos desde que nuestro amigo en común nos abandonó para irse a sus clases de periodismo. Por suerte para nosotros, nuestro tiempo de universidad se basa en hacer trabajos y más trabajos mientras que, al mismo tiempo, todas nuestras neuronas necesitan estar lo suficientemente concentradas para memorizar temarios y leyes enteras. Lo cual también se traduce en tener más tiempo para dedicárselo a nuestro nuevo trabajo y, por ende, a la investigación.

—Todavía no puedo responder a esa pregunta —me obligo a murmurar con resignación. Ojalá ahorrarnos todos estos pasos y llegar por fin al final—. Pero estoy segura de que ese lugar es demasiado importante para él...

—¿Y por qué no le preguntas a tu tía? —sugiere, y por la cara que le debo de poner, Will casi se obliga a seguir hablando. Deja de lado su desayuno para centrar su atención en mí. Me observa detenidamente por unos segundos, los suficientes para notar que algo en su forma de mirarme ha cambiado. Se acerca despacio hasta situarse enfrente de mí, con sus brazos apoyados en la mesa que nos separa—. En caso de que Marc sea el responsable, ¿no te replanteaste que esto podría tener algo que ver con ella?

—¿Por qué tendría que ver? Él sólo quiere que nosotras...

—¿Por qué no le preguntas? —insiste. Y esa insistencia comienza a cabrearme— Aunque no lo parezca, todavía recuerdo nuestras conversaciones. Ellos nunca se llevaron bien, sólo se ponían en contacto para hablar sobre vosotras.

—Por ese mismo motivo, porque ahora no tienen nada de lo que hablar o, mejor dicho, discutir —aclaro, como si realmente fuera algo obvio—. Dejaron de hablarse cuando yo me mudé, y nunca más volvieron a contactar.

—¿Estás segura? ¿dónde está ella ahora?

—En Chicago, en un pequeño apartamento un poco lejos del lugar en el que vivía antes —comienzo a explicar, pero me detengo cuando me doy cuenta de cuáles son sus verdaderas intenciones. No puedo evitar observarlo un poco mal, retándolo a que vuelva a contradecirme cuando sé que lo que dice no tiene ningún sentido. ¿Por qué tendría que ver con tía Mery? — ¿Estás insinuando que quería silenciarla a ella?

—Creo que podría ser una de las opciones, sí.

—Eso no tiene ningún sentido.

—Llámala —me reta—. Y pregúntale si todavía tiene algún tema que zanjar con Marc Grey.

Cierro los puños para intentar controlarme. Odio que se metan en mi vida. Pero mucho más odio que se metan con mi familia, o lo que queda de ella. No me arrepiento de haberle contado varios de mis problemas familiares, pero sí de que ahora mismo se crea que tiene todo el derecho del mundo a especular sobre ello. Una parte de mi quiere darle una oportunidad a sus hipótesis, pero el solo hecho de obligar a tía Mery a revivir ese día, provoca que esas ganas que tengo de darle la razón, se desvanezcan.

Déjame Amarte© #PGP2022Donde viven las historias. Descúbrelo ahora