Déjame Amarte© #PGP2022

Déjame Amarte [01]

Una pequeña melodía se reproduce una y otra vez, rompiendo el silencio al que estaba tan acostumbrada.

Desde que decidí que ya era hora de retomar las riendas de mi vida, no he parado de pensar el cómo será volver a enfrentarse a todos esos problemas sueltos que dejé de lado hace tiempo atrás. Con esas pequeñas ideas en mente, giro sobre mí misma mientras continúo pensando, ignorando esa pequeña e insistente balada que ayer por la noche programé para las nueve de la mañana.

Una vez más, vuelvo a revivir el día en el que me despedí de todos. El rostro de cada uno de ellos todavía sigue vivo en mi interior. ¿Cómo olvidarlos si son lo mejor que me ha pasado en la vida? Aunque, después de dos años, muchas de las ideas que trataba de mantener inalteradas, han cambiado por completo. Aún hoy en día trato de pensar que las segundas oportunidad son un regalo que nos da la vida, pero que sólo nosotros somos capaces de arriesgarnos a concederlas o no. En una de mis mil y una noches en vela, decidí de un segundo para el otro que debía guiarme por mi corazón e intentar cerrar todos aquellas historias que no tuvieron su final, tanto si éste era feliz como si no.

Gracias a mi impulsividad y mis planes descabellados, conseguí que mi hermana se sumara a esta nueva aventura que implicaba mudarse a una ciudad desconocida y comenzar de cero, sin que nada ni nadie de nuestra anterior vida pudiera impedírnoslo.

Esta vez mis objetivos son bastantes claros: quiero luchar por estar con ese pequeñín que tantos suspiros me ha quitado; la única persona por la que continúo conservando el apellido Grey. Y mientras tanto, terminar la carrera que me dará la oportunidad de convertirme en una abogada de lujo, capaz de defender y luchar con uñas y dientes todo aquello que me pertenece.

Unos pasos resuenan por el pequeño apartamento mientras yo retomo mi quinto sueño. La puerta se abre segundos después, y sé que la voz gritona de Olivia no tardará en inundar las cuatro paredes de mi diminuta y mugrosa habitación.

—¡Kimberly Grey Mackenzie! —grita a los pies de mi cama. Me limito a soltar un gruñido mientras ella acompaña sus palabras con un rápido movimiento capaz de quitarme la manta—. ¿Acaso tengo que recordarte cuál es la finalidad de las alarmas?

—Son un invento del demonio —mascullo entre dientes al mismo tiempo en el que trato de recuperar ese trozo de lana que hace unos segundos cubría mi cuerpo. Sin embargo, Olivia no se da por vencida y continúa con su intento de espabilarme.

—Como no te levantes y te prepares en menos de diez minutos, será mejor que te vayas despidiendo de nuestro nuevo apartamento. Te juro que, si no cerramos el contrato a tiempo, me vuelvo para Francia otro año más.

Y desde luego, esa amenaza es lo que consigue despertarme de una vez por todas. Abro los ojos de golpe y me incorporo un segundo más tarde. ¿Cómo se me ha podido olvidar? Esta es la primera fase de mi plan, de nuestras nuevas vidas: no podemos fallar a la primera.

Entre regaños, gritos y demás advertencias, consigo prepararme en un tiempo récord. Salimos del pequeño apartamento en el que nos habíamos alojado mientras buscábamos el que sería nuestro futuro y definitivo hogar, mientras cogemos las últimas pertenencias que todavía no habían sido trasportadas al otro. Ambas suspiramos de alivio cuando, ya en el taxi, vemos cómo ese pequeño cubículo de pésimas condiciones y de no más de tres habitaciones en total, se va quedando atrás poco a poco.

El trayecto se hace más largo de lo que pensaba. Ambas, con los nervios a flor de piel tratamos de tranquilizarnos pensando que nuestro casero todavía no ha cambiado de opinión y nos dejará quedarnos nuestro nuevo hogar a pesar de llegar más tarde de lo acordado. En realidad, ya se podría decir que nos pertenece, puesto que hemos adelantado la mitad del dinero para asegurarnos justamente de no llevarnos ninguna sorpresa, pero, aun así —y sabiendo a la perfección que el señor Goorwide es propenso a cambiar de opinión demasiado rápido— el miedo por no conseguirlo provoca que apuremos un poco al taxista para llegar lo antes posible.