Déjame Amarte [07]

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Kimberly Grey.

Al principio pensé que mi hermana me estaba tomando el pelo y que, realmente, no podía estar tan loca como para dejarme encerrada en un sexto piso. Qué pretendía, ¿que huyera por la ventana? Porque una cosa estaba clara: necesitaba ir a ese juicio fuera como fuera. Sin embargo, después de pasarme media hora gritándole a la nada, llegué a la conclusión de que mi querida hermana hablaba totalmente en serio. Y que hacía mucho tiempo que ella había abandonado este lugar. Siento cómo las lágrimas quieren comenzar a salir, muy a mi pesar. Pero la rabia que siento ahora mismo opaca el resto de mis emociones y lo único que me apetece es gritar a los cuatro vientos y tirar la puerta a bajo. Menos mal que recuerdo que estamos de alquiler y que, destrozar nuestro propio piso quizás no es la mejor idea. Por lo tanto, decido acudir a la única opción que me queda. Su voz no tarda en salir al otro lado de la llamada.

Mon amor —saluda, y ya puedo imaginarme la sonrisa que debe tener puesta. Todo ego y suficiencia—. ¿Ya me estás echando de menos? No me digas que el primer juicio ha ido tan mal.

Por mucho que me cueste —y tragándome todos los reproches que estoy deseando soltar— ignoro sus palabras únicamente para comentar lo siguiente:

—Te necesito —mi voz sale un poco más débil de lo debido, y el silencio al otro lado me confirma que Kalet ha entendido al instante que no estoy bromeando, aunque seguramente a los dos nos gustaría que lo fuese—. Mi hermana me ha dejado encerrada en casa.

—¿Que tu hermana ha hecho qué? —repite, reforzando las palabras con su bien marcado acento francés. Las voces que se colaban de fondo dejan de escucharse cuando Kalet da un portazo y el motor de su coche inunda el silencio—. Llego en cinco minutos.

Y, efectivamente, después de cinco minutos escucho cómo me llama desde el otro lado de la puerta.

—Pensé que la que estaba loca en tu familia eras tú —es lo primero que comenta al llegar. Estoy segura de que puede imaginarme rodar los ojos en su dirección—. Es muy extraño que tu primera opción haya sido llamarme. Cada vez me sorprendes más, Grey.

—En realidad, has sido mi última opción —lo interrumpo al instante, para que ese ego que tiene no se le suba todavía más—. Porque tirarme por la ventana no me daba muy buenas expectativas.

Su risa no tarda en inundar todo el pasillo. No entiendo por qué, pero en el fondo, escucharlo reír logra tranquilizarme.

—¿Crees que puedes ayudarme?

—Por favor, Kimberly. Esto no es nada con todo lo que he aprendido en el Internado —y eso no puedo negarlo—. Antes de que te des cuenta, ya serás libre.

Una de las cosas que más me sorprendía de Kalet cuando lo conocí era la facilidad con la que conseguía huir de todos los sitios. Al principio me molestaba demasiado su afición a romper todas las normas. Porque, además, en aquel horrible lugar, si uno caía, todos los demás de la misma planta, también. Nunca nadie se atrevió a confesar que era Kalet quién conseguía burlar todas las medidas de seguridad. Hasta que nosotras llegamos, y a mí se me dio por hacerme la valiente. A partir de ese momento, me convertí de forma casi automática en el punto de mira del rey de aquel infierno, Kalet Sinclair. El odio que sentíamos por el otro era real. Todavía me cuesta creer que nuestra relación haya pasado por tantas emociones diferentes.

Por suerte, consigo salir de mi ensoñación en el mismo instante en el que escucho cómo la puerta hace click. Él aparece al otro lado, mirándome con aires de suficiencia. Y dándome a entender que, sin él, estaría perdida.

—Parece que dedicarte toda tu vida a ser un macarra, por fin ha servido de algo —trato de no caer rendida ante esa sonrisa que llama toda mi atención. Kalet es un seductor nato y, a día de hoy, se resiste a admitir que él y yo jamás volveremos a tener algo juntos—. Y ahora si me disculpas... Tengo un juicio pendiente.

Déjame Amarte© #PGP2022Donde viven las historias. Descúbrelo ahora