Al abrirse la puerta no vimos más que oscuridad. Kendall entró primero e intentó buscar algún interruptor. Para nuestra sorpresa, la luz se encendió sola. Había un ancho pasillo metálico que rodeaba el piso inferior al cual podías llegar usando una escalera. Al dar aproximadamente unos cuantos pasos te topabas con un barandal.
El lugar era mucho más amplio de lo que imaginé, el cuarto anterior era una caja de zapatos comparado con esto. Jack tenía razón. El edificio era solo la punta del iceberg. Al observar el piso de abajo desde donde estábamos, noté que habían al menos unas quince computadoras y otros aparatos electrónicos que no había visto antes y mucho menos conocía su función.
Lo que más llamó mi atención fue que en el centro había en semi esfera de cristal grande. Dentro se encontraba una chica que reconocí de inmediato. Maia. Ella estaba acostada en una cama de sábanas blancas. Llevaba el mismo camisón blanco que usé cuando desperté en aquel cuarto donde estaba Luis. Parecía dormida.
¿Quienes son ustedes?
Resonó en mi mente. Miré a todos lados. Al igual que yo, todos parecían confundidos mirándose los unos a los otros. Excepto Jack quien observaba fijamente a Maia.
—He escuchado una voz en mi mente. ¿Acaso he perdido la cordura? —preguntó Alex.
—No. Es ella —contestó Jack.
—Los rumores eran ciertos —dijo Kendall con seriedad.
Acérquense.
Esta vez la voz no la escuché en mi mente. Fue más bien un susurro, una brisa suave en mis oídos provocando que mi cuerpo se erizara.
La curiosidad hizo que uno por uno bajáramos las escaleras. Mientras lo hacíamos, las luces se apagaron. Solo la luz que provenía de la semi esfera de cristal iluminaba el lugar.
Quedamos justo al frente de la cama, solo el vidrio nos separaba. Había que ingresar un código para poder ingresar, sin embargo no había nada que pareciera una puerta.
Caminé un poco para poder observar el rostro de Maia. Sus ojos estaban cerrados. Se veía llena de serenidad y paz.
¿Eres Helena?
Nuevamente su voz en mi cabeza. Al parecer solo yo la escuché esta vez. ¿Cómo sabía mi nombre?
De repente Maia abrió sus ojos los cuales se toparon con los míos. Se mantuvo acostada sin pronunciar palabra alguna.
Mi padre me ha hablado de ti.
Maia no solo podía hacerse escuchar en mi mente, también escuchaba lo que yo pensaba.
Telepatía. Puedo hacer eso.
La voz de Maia ya no era extraña. Se había vuelto parte de mi. ¿Por qué solo me veía y no se levantaba de la cama?
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Un Millón De Mundos
Science Fiction¿Qué harías si viajaras a un mundo paralelo y estando allí te encuentras con obstáculos que te impiden volver a tu hogar? ¿Te quedarías allí? ¿O lucharías por volver?