Encuentros

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Al final del día, Hernán y yo habíamos podido discutir un par de cosas que necesitaba saber con respecto a el y su tío, si bien las cosas no se veían bien, no quise preguntar demasiado, ya que podría romper con la amistad que tenemos.
Según lo que Hernán me contó de su pasado, es que su tío había intentado de tener relaciones con el, no hace mucho tiempo, si mal no me acuerdo fue ese invierno en el que nos quedamos atascado en las cabañas. Cómo Hernán y yo dormíamos juntos, las cosas se le hacía díficil a su tío, sin embargo, había encontrado la forma y el momento para intentarlo.
Hernán no me quiso contar si realmente hubo algo entre ellos o no, no se sentía muy cómodo hablando del tema, lo entiendo, a mí tampoco me gusta mucho hablar de lo que me hicieron, y prefiero evitar ese tema.
Al llegar la noche, nos preparamos para encender una fogata, a la cual le íbamos a arrojar unas nubes, de no ser por el tío de Hernán, quien se los comió todos, decidimos que sería mejor preparar algo y dejar que el fuego se hiciera cargo de prepararlo.

Tommy: Hola niños, cómo la están pasando?
Hernán: ¿por qué no te alejas de nosotros?, No quiero que estés aquí.
Tommy: Hernán, no seas así con tu tío, no tengo en donde quedarme.
Hernán: bueno, eso es problema tuyo, ya sabían que quería estar a solas con Sebastián, y no nos dejan estar ni un momento tranquilos.
Tommy: bueno, es que tu mamá ya sabe todo lo de ustedes, y me pidió que los vigilara.
Hernán: ¿Que nos vigiles? O es que tu quieres ver lo que hacemos? Pervertido!

Fue en ese momento en que Hernán explotó, lo vi furioso y no sabía cómo calmarlo, puesto que nunca lo había visto de esa manera. Las cosas se tornaron difíciles en la cabaña, tuvimos que salir de allí y viajar, no teníamos dirección alguna a la que quisiéramos ir, así que tomamos cualquier bus que nos llevase lejos.

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