Aventuras

En la Cabaña

Al fin la cabaña estaba terminada, faltaban los muebles, los cuales quedaron de llevarlos durante la mañana, José no ha aparecido aún por estos lados y no se si quiere vivir aquí conmigo.

Al llegar la tarde me dispuse a recorrer el pueblo y sus alrededores, la señora del hostal me dijo que no me alejara mucho o me podía perder, lo bueno es que el pueblo está junto al lago y solo quiero conocer el lugar un poco. Al pasar por la orilla del lago logré ver qué alguien tenía una fogata encendida, rápidamente me acerqué y para mí suerte era José, no lo había visto desde que fui a comprar los pañales.

Matías: hola José, espero no incomodar.
José: ha, hola ¿Matías no?
Matías: así es, la gente del pueblo nos construyeron una cabaña y bueno pues ¿no quieres ir?
José: me gustaría, pero no me siento muy cómodo en este momento, no quiero importunar.
Matías: pero que dices, la cabaña es para los dos.
José: bueno es que, he encontrado este Campamento y habían cosas de otros chicos.
Matías: ¿y eso que? ¿No pensaras en quedarte sus cosas o si?
José: bueno, ayer me quede en el lugar para ver si volvían pero no hay pistas de ellos, puede que se marcharán dejando todo, puesto que estaba todo desordenado.
Matías: lo que podemos hacer es ordenar todo y llevarlo al pueblo, si aparecen es probable que estén en el pueblo.

Ordenamos todos y dejamos las cosas con la señora del hostal.

Una vez en la cabaña, José me pregunto si ya nos conocíamos de antes, y no le respondí, no sabía si la respuesta era si, ya que el también me parecía algo familiar. José me mostró una foto en la que estábamos juntos y parecíamos muy unidos, no se de dónde sacaría el esa foto si en ningún momento nos la tomamos.

Decidí contarle a José que necesitaba usar pañales y que no debía asustarse por eso y que es por un problema, para mí sorpresa José también los usaba. Entonces eso quiere decir que el día que lo vi comprando pañales eran para el, eso me dio un alivio tan grande.