Vacaciones de Invierno (Part. 3)

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La Historia era un poco espeluznante para notros al saber que el hombre visitaba la fosa todos los días y no sabíamos si nos había visto cuando nos estábamos bañando, nos fuimos a dormir y había solo una cama, estábamos tan asustados que no nos importó dormir juntos esa noche.

Hernán durmió abrazado a mi, en la mañana siguiente cuando desperté vi de frente la cara de Hernán, me di media vuelta y estaba la Maestra esperando a que nos despertáramos. Una vez que se despertó Hernán, nos dimos un baño.

Al salí a la habitación nos estaba esperando para vestirnos.

Susana: ¿Qué les parece si ustedes se ponen el pañal el uno al otro?

Hernán: Por mí no hay problema.

Sebastián: Por mí tampoco.

Susana: Los espero en el salón, Les voy a preparar el desayuno.

Niños: Esta bien.

Desde ese entonces Hernán y yo no nos separábamos muchos, lo cual le parecía muy extraño a la Maestra.

Estábamos en el cuarto cuando escuchamos que nos llamaban a almorzar.

Hernán: Ya Vamos.

Susana: No se tarden mucho.

Cuando salimos de la habitación estaba mi Mamá esperando, trabajó dos días que tenía descanso para poder estar los últimos tres días de las vacaciones de invierno con nosotros, lo malo es que ya no iba a comer lo que ese día había de almuerzo.

Alejandra: Hola Seba, la Maestra me conto que estabas comiendo cosas sólidas.

Sebastián: Si Mamá, pero si quieres mañana vuelvo a comer lo que tú me preparas siempre.

Yo no sabía él porque Mamá no me dejaba comer cosas solidas hasta que me hice popo y entendí él por qué, al parecer tenía un problema en mi estómago, cuando como algo sólido mi estómago no tiene la fuerza suficiente como para moler bien los alimentos, es por eso que debo comer papillas.

Al Anochecer todos los que nos encontrábamos en la cabaña fuimos a la cueva, pero esta vez llevaron unas lámparas grandes con unos generadores de energía, al llegar al pozo Mamá no quería esperar a que instalaran todo para poder sumergirse en el agua, cuando todos estaban dentro, Hernán y Yo no quisimos entrar por los pañales, habíamos dejado los calzones de goma en la cabaña.

La Mamá de Hernán los fue a buscar, pasaron cuarenta minutos y ella todavía no llegaba, la llamaron a su móvil pero no contestaba, así que salimos a buscarla, la primera parte a la que fuimos era la cabaña, la Mamá de Hernán todavía estaba buscando los calzones de goma, cuando me acorde que los habíamos dejado en el baño, los fui a buscar y volvimos al pozo, Hernán y Yo fuimos los primeros en llegar, logre ver una figura, como la de un hombre mayor, las luces estaban apagadas así que no pude ver quien era, cuando encendieron las luces la persona ya no estaba, al parecer era el hombre que cuidaba la cueva.

Ya estábamos todos dentro del agua cuando de la nada los generadores dejaron de funcionar, todos al mismo tiempo, había combustible en los tanques, pero no lograron poner en marcha, hubo un momento en que todos se quedaron callados, miramos a la salida de la cabaña del Abuelo y estaba el hombre que cuidaba la cueva.

Sr. Hank: Salgan, o lo lamentaran.

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