Mi Territorio, Mi Propiedad

4 «Descubierto»

«Hermosa flor, floreces y demuestras tu belleza entre la árida tierra y oscura vegetación. Como una única esperanza entre el humo y la sangre»

Bolivia estaba totalmente calmado ese día, por primera vez en esas semanas desde que comenzó estas asistencias, el chileno no se presentó.

Leía la carta apreciando cada palabra impresa, lástima no leerlo desde su propio pulso.

Su mundo se desvaneció cuando una mano de colores rojos y lineas azules apreció para arrebatarle el papel, con un sobresalto giró para verlo de nuevo, con una mueca de molestia no se quedaría callado, pero antes de una palabra fue intervenido.

—¿Quién es éste? —su tono lo hizo olvidar, por un momento, su molestia pues sonó dura y cortante.

Ante ello volvió con sus ojos afilados al chileno metiche.

—Eso no te importa roto, devuélvemelo —sentenció, con un intento fallido de conseguir la hoja por ser movida aprovechando su altura—. ¡Que me lo devuelvas!

—¡No! Responde si lo conoces o no.

—No, no lo conozco.

—¿Sabí que eres idiota Bolivia? Hasta un niño se daría cuenta que esto no es normal.

—Cállate, son mis cosas, no me lo toques.

—¡Es un acosador weón!

—¡Te lo advierto roto de mierda, no te metas en lo que no te importa!

El chileno quedó fastidiado por sus palabras; no impidió que Bolivia tome la hoja. Murmuró:

—No lo entiendes...

—¿No entender qué? ¿Qué en verdad te gusta hacerme la vida una mierda? ¿Qué todos se burlan de mí porque mi gobierno me metió en ello? ¿Qué en verdad soy manipulado por todos? ¿Qué necesito de esto —sacudió el papel— para saber que a alguien le importo? No, de hecho, no entiendo nada porque soy un ignorante...

Cerró fuertemente el casillero con una pequeña mochila de colores andinos sobre su hombro para salir del lugar, no sin antes sentir una presión en su brazo.

—¿Ahora que-

—¡Bolivia tu sí me importas!