18 «Último movimiento»

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«¿Por qué lo habrá hecho?»

Eran los pensamientos del boliviano mientras veía a cierto country siendo llevado por los oficiales, pese a sus reclamos todos hacían caso omiso.

Chile a su lado, como siempre dándole fuerza al presenciar tal escena.

Realmente, Bolivia se quedó paralizado al saber de quién se trataba desde un principio, quién lo hacía sufrir y lo amenazaba con quitarle todo lo que amaba y lo que comenzó a querer.

Pensó que era una persona diferente, por ser alguien cercano a él...

Es una lástima que encuentras los verdaderos rostros en ese momento tan deplorable.

Dolía, pero tenía a alguien a su lado, y ya no era necesario buscar una compañía o rogar amistades.

Chile ahora se convirtió en alguien importante para él.

—¡Yo no hice nada, suéltenme! —los gritos se escuchaban al ser metido en el carro.

Todavía negaba verse responsable de lo obvio.

En tanto, la ONU estaba a su lado, luego de los reclamos hizo presencia su voz autoritaria pero en todo momento formal.

—¿Están seguros de esto? —giró a verlos.

Bolivia estaba dispuesto a dar algunas palabras a la organización, sin embargo temblaba por la conmoción y no deseaba tartamudear frente a la autoridad.

Al ver esto, Chile tomó su mano y respondió por él con una sonrisa.

—Claro que sí weon, tenemos suficientes pruebas —habló determinado y al cabo de unos minutos, la Organización de Naciones Unidas junto al culpable y sus hombres se retiraron, dejando al par.

Bolivia permaneció en silencio, dejó de tener nervios al aceptarlo todo como era, y con un suspiro pesado como si soltara algún problema cual piedras, se sintió despojado de la opresión.

Al tener un nuevo intento de hablar, notó algo importante, bajó la mirada un poco y efectivamente sus dedos estaban entrelazados desde que tomó su mano.

Un gran sonrojo se posó en su rostro cual bandera de un sólo color carmín, Chile lo vio de reojo y sonrió enormemente para sus adentros.

—Chile —pudo llamar como pudo—. ¿C-cómo conseguiste pruebas?

—Siempre te observaba desde lejos, saqué fotos en esas ocasiones y hay algunos testigos, además tenemos algunos mensajes de papel y tu celular, aunque no se sepa su procedencia o tipo de letra por estar impresa, las fotos lo promueven po' —le sonrió.

Su corazón comenzó a latir, su sonrojo se incrementó por lo que bajó la mirada.

—M-muchas gracias Chile. «Pero qué molesta sensación» —pensó, parecía que iba a tener un ataque.

La sonrisa del Chileno se expandió, girando a ver en la dirección en que se llevaron al culpable, en parte lo agradecía, sino fuese por este, nunca hubiese podido acercarse a su boliviano.

Pensó en esto como un final feliz.

Bolivia hizo lo mismo, un poco cabizbajo habló:

—Nunca hubiese imaginado que Paraguay estuviese obsesionado por mí —se apegó más al chileno al grado de abrazar su brazo, que por el frío parecía buscar algo de calor.

—Los rostros engañan.

-»Sí, y ambos cayeron«-

Mi Territorio, Mi PropiedadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora