Capitulo 19

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Jueves, 30 de junio del 2014.

Después de recibir el mensaje de Camilo en el que pone que tiene algunos trabajos pendientes y que no podremos quedar para hoy, me quedo sentada en el sofá de la salita de la segunda planta. Ni Siquiera me preguntó si quería ir al hotel, supongo que de verdad tiene mucho trabajo y lo último que necesita es que yo lo desconcentre.

Estoy revisando mis redes sociales cuando me llega un mensaje vía Whatsapp de un número desconocido, curiosa entro al chat y leo lo que pone.

<<Hola, Natalia, soy Vera. Hoy le he pedido el número de tu móvil a San, espero que no te moleste>>

Debajo hay un segundo mensaje en el que pone lo siguiente:

<<¿Cómo va todo, tía?>>

Me sorprende que el remitente sea Vera, hace varios días que no sé nada de ella, aún así me agrada que se haya puesto en contacto, la chica me cae muy bien.

<<Hola, Vera. Claro que no me molesta en lo absoluto, al contrario, me alegra saber de ti>>

<<Todo va bien. ¿Y tú que tal vas?>>

La respuesta de la chica no tarda más de unos segundos en aparecer.

<<Bien. Hasta hace poco estaba con Steve y Sandra, pero vamos, tía, que se pasan>>

Sonrío a la pantalla del celular. Sé por experiencia propia lo meloso que suelen ser, inclusive aunque tengan espectadores. Es totalmente incómodo.

<<Me compadezco de ti>>

<<¿Tienes planes?>>

Había pensado en quedarme en casa, sin embargo, si Vera está disponible no me quedaría nada mal dar una vuelta por algún sitio, aunque sea en busca de una taza de café. Espero la respuesta de la alocada española, esta llega un par de minutos después. 

<< Ninguno. ¿Te apetece quedar?>>

Le contesto al instante que sí, a lo que la chica sugiere que vayamos por un café, a un sitio en el que afirma hacen unos pastelitos de mantequilla estupendos. Habiendo acordado el lugar de encuentro, me pongo de pie y de mi "armario" saco un jean oscuro y una sencilla camisa blanca. Aunque ya me he duchado un par de horas antes, me doy una ducha rápida y me visto, me calzo unos zapatos blancos y me aplico maquillaje. 

Una vez estoy lista busco dinero en mi billetera, y me doy cuenta de que solo me quedan pocos dólares, si bien Camilo en este tiempo ha estado reacio a que yo gaste dinero, de vez en cuando me salía con la mía e invitaba yo. Bueno, al menos me queda lo suficiente para tres o cuatro días, aparte, en pocas semanas ya estaré de regreso a Colombia. Pensar en el regreso me hace sentir una extraña sensación de nostalgia y frustración, aunque desde el comienzo he tenido presente que lo mío con Camilo no va a trascender el verano, los sentimientos hacia él han emergido y el dolor por la despedida parece casi inminente. Aún así, aunque sepa que el decirle adiós será difícil, estoy feliz de haberlo conocido.

Guardo la billetera en mi bolso y abandono la segunda planta, me cercioro de llevar las llaves y todo lo demás, una vez estoy segura de que nada se me pasa por alto, cierro la puerta y voy en busca de un auto. Mientras camino por las calles mi mente va hacia Colombia, me pregunto que estarán haciendo mis padres, los echo de menos y supongo que ellos también, tanto a mi como a Tavo, aunque al menos ahora está Valeria en casa de mis padres, fue una verdadera alegría recibir su llamada anoche, dándome las noticias de que ya estaba en casa y se estaba instalando en mi habitación, lo cual no me importó en lo absoluto, el espacio es lo suficiente espacioso para ambas. Supongo que la pobre ha de  estar en la mira atenta de mis padre, solo espero que no la agobien demasiado.

Por Siempre Será Verano Donde viven las historias. Descúbrelo ahora