Sábado, 2 de junio del 2014.
El día de hoy me levanté más temprano, exactamente a las ocho, normalmente me despierto a las diez, sin embargo hoy quise preparar el desayuno ya que siempre es Esmeralda quien normalmente se encarga de ello. Bueno, por eso y porque necesito causar empatía. Ya tengo todo casi terminado, he preparado sándwiches y solo falta meterlos en el horno, además también he cortado frutas, ya que a Esmeralda le encantan y en su desayuno habitual no faltan. Y como bebida he hecho dos zumos, zumo de naranja para Sandra y Zumo de manzana para Esmeralda; dice que es muy importante para iniciar el día.
Miro el reloj de la pared y veo que la manecilla grande señala el número nueve, ya Esmeralda no debe tardar en despertar, así que pongo los sándwiches en un plato de vidrio y los pongo a calentar en el microondas un par de minutos. Después de que el tiempo estipulado se cumple tomo dos platos y pongo un par de sándwiches en cada uno, estoy sacando las frutas cortadas de dentro de la nevera cuando Esmeralda dice:
– Vaya, esto si que es una sorpresa.
– Buenos días. –––saludo y pongo fruta en dos platos, también sirvo un vaso con zumo de naranja y otro con zumo de manzana–––
– ¿A qué se debe todo esto? –––indaga la mujer–––
Le dedico una sonrisa y tomo dos de los platos y los llevo hasta la mesa.
– Bueno, hoy me he levantado temprano y he aprovechado para tener el desayuno
listo.Esmeralda pone sobre la mesa los dos platos restantes y yo voy a la cocina por los vasos de jugos.
– No era necesario, pero gracias.
La mujer toma asiento al rededor de la mesa y toma con el tenedor un trozo de banano y se lo lleva a la boca.
– ¿No vas a desayunar?
Tomo asiento en la mesa y me preparo para decirle lo de mi salida con Camilo, ha decir verdad me siento un poco intimidada, no sé con cual de sus dos facetas me voy a encontrar. La miro atenta a sus facciones y gestos, pero parece de buen humor, no hay nada que me diga lo contrario, así que digo:
– Camilo me ha invitado a desayunar. –––digo despacio, tanteando el terreno, esperando su reacción. Pero ella solo me mira, toma un trago de zumo de manzana y aguarda, como esperando a que diga algo más, así que continuo––– ¿Tienes algún inconveniente en que salga de casa ahora temprano?
Ella parece pensarlo unos segundos, se lleva el tenedor lleno de frutas a la boca y las mastica despacio, para que le de tiempo de pensar en mi pregunta. Yo espero su respuesta ansiosa, me gustaría que dijese que si, así Camilo y yo podríamos estar todo el día juntos por primera vez.
– Si digo que no igual se van a ver cuando yo me marche, ¿no?
Me encojo de hombros con gesto inocente, dándole una respuesta tácita afirmativa. Esmeralda niega con la cabeza y dice:
– ¿Entonces que más da?
Su respuesta me alegra. Sin embargo intento no mostrarme muy emocionada y simplemente le dedico una sonrisa.
– Gracias. Voy a despertar a Sandra antes de que se le enfríe el desayuno.
Esmeralda asiente, se muestra normal, no hay ninguna emoción palpable en su rostro. Abandono la estancia y subo las escaleras trotando hasta llegar arriba. Sandra se encuentra sentada en la cama, en cuanto me ve sus ojos se ensanchan expectantes y pregunta:
– ¿Le has dicho?
Respondo afirmativamente con un movimiento de cabeza.
– ¿Y bien?
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Por Siempre Será Verano
RomanceUn amor que cruza toda frontera. Un amor que no sabe de olvido. Un amor que deja huella en el alma. Un amor ligado por la eternidad. Porque en la historia de amor de Camilo y Natalia, por siempre será verano, incluso aunque estén viviendo en el m...