Sorpresas

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Alyson eligió toda la ropa que Beatriz se probaba, pero ningun modelito las convencía. Casi se dieron por vencidas, las tiendas ya estaban cerrando hasta que un vestido en un escaparate las llamó la atención como ningún otro.

Era un vestido rosa palo con encaje, sin tirantes y con escote de corazón, ceñido de cintura para arriba, no cubría las rodillas y tenía un poco de vuelo. También tenía un lazo negro a modo de cinturón.

Se miraron con entusiasmo, estaban pensando lo mismo.

<<Es perfecto>>

Alyson se coló en la tienda justo a tiempo antes de que echaran el cierre.

Con explicaciones y ruegos Beatriz también pudo pasar dentro. Pero había un problema, sólo quedaba una talla y no la dejaban probarselo. Alyson estaba disgustada y desanimada, en cambio Beatriz...

— Me lo llevo —dijo Beatriz decidida.

Alyson parecía animada de nuevo.

La dependienta se dió prisa en guardarlo en una caja y cobrar lo que valía el vestido.

Ya fuera de la tienda.

— Nos vamos ahora mismo a tu casa a que te lo pruebes. Cuando yo ya lo había dado todo por perdido vas tu y lo compras.

— No quería correr el riesgo de volver mañana y ver que no estaba, es que ha sido ver el vestido y enamorarme de él.

— No lo digas muy alto no vaya a ser que Chris se ponga celoso... —bromeó.

— A él le amo con locura, y con lo loca que estoy ya te digo que lo quiero infinitamente.

Las dos se rieron, así descargaron las tensiones acumuladas del día.

En casa de Beatriz.

Alyson tenía los ojos como platos, se levantó corriendo hacia Beatriz, la cuál sonreía emocionada.

Beatriz se apresuró en ponerse el vestido, salió al salón sin mirarse si quiera al espejo. Era su talla.

— Estás preciosa, parece hecho a medida para ti —y la abrazo no sin antes observala bien de cerca.

— Tenía estos tacones negros reservados para una ocasión especial.

— Son los más adecuados, eso no lo dudes. Estás genial.

Beatriz volvió a su habitación para cambiarse y Alyson estaba preparándose para volver a casa cuando el timbre sonó.

Alyson corrió donde Beatriz, que acababa de vestirse.

— ¡Es Chris! —exclamó en voz baja— ve a abrirle, ¡corre!

Beatriz aún no había procesado todo lo que le había dicho Alyson cuando abrió la puerta y se encontró con un atractivo Chris Evans.

Le plantó un largo y amoroso beso a Beatriz, que estaba medio en shock. Traía un par de películas.

Cuando Beatriz recobró el sentido le dejó pasar dentro.

— Chris, ¿que haces aquí? —cuestionó sorprendida.

— ¿Acaso no te alegras de verme?

— Claro que me alegro, es sólo que no te esperaba...

— En ese caso... ¡Sorpresa!

Alyson apreció ante los dos.

— Bueno tortolitos, ya no pinto nada aquí, me voy.

Se despidió con un abrazo y un guiño de Beatriz, y con una palmadita en la espalda de Chris. Y desapareció por la puerta.

— Creía que estabas sola, ¿os he interrumpido?

Beatriz se hizo la ofendida en broma.

— Pues mal pensado y sí, nos has interrumpido, nos has cortado todo el rollo.

La cara de Chris la hizo reír.

— Que no bobo, ya se iba —le acarició la mejilla-— Estúpido y sensual Chris Evans —y le besó.

— He traído unas pelis y palomitas, pensaba en quedarme a dormir esta noche aquí, contigo.

— A dormir dices... Puedes quedarte en el sofá —Beatriz no aguantó la risa-— me estaba quedando contigo, así que quita esa cara de lerdo —siguió riéndose.

— Así que te diviertes llamadome tonto, pues me voy.

— Sabes que no, a mi no me la das.

Chris no contestó estaba intentando mantenerse serio.

— No te pongas así, ¿me perdonas? —suplicó Beatriz poniendo pucheritos.

— Qué remedio —y se besaron.

Chris dejó su chaqueta gris en la cocina, llevaba una camiseta de manga larga ajustada que le hacía parecer aún más sexy. Beatriz puso las palomitas a calentar en el microondas y cogió a Chris de la mano para llevarle al salón.

— Elije tú.

— Ésta —señaló Beatriz refiriéndose a "Eterno resplandor de una mente sin recuerdos"/"Olvidate de mi"— ni me acuerdo del tiempo que llevo sin verla. Además, adoro a Jim Carrey.

Chris soltó un ruido.

— ¿Qué?

— Ahora entiendo tu sentido del humor...

Se escuchó un pitido, era el microondas.

— Ve tú mientras yo pongo la peli.

Una Vida Soñada. I © (TERMINADA) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora