Empire State Building

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— ¿Qué acaba de pasar ahí atrás?

— Lo sé, ha sido muy raro, menos mal que has aparecido.

— Ese Arturo, no me habías dicho que era así —dijo insinuante.

— ¿Así cómo?

Sólo con sus miradas se entendieron perfectamente.

— Es mi hermano, bueno no lo es pero como si lo fuera, ya lo sabes.

— Lo que sé es que me estás ocultando algo.

— Tiene mujer, y un hijo. Les quiere, son su vida. Y yo quiero a Chris.

— Beatriz, ¿quien era el?

— Por favor Alyson... —es lo último que dijo antes de alejarse de su lado, no podía creer que esos recuerdos surgieran en ese preciso momento.

Se sentía fuera de sí, volvió a escuchar levemente esos pitidos, sus recuerdos la estaban aturdiendo hasta que volvió en sí cuando escuchó que la llamaban. Era Sebastián.

— ¿Estás bien?

— Sí, sí. Estoy bien.

— Estabas pálida —insistió rebosando preocupación.

— Sólo estaba pensando, se me ha ido de las manos supongo jajaja.

— Ven anda, necesitas un refrescante vaso de agua.

— Qué amable.

Anteriormente, la conversación simultánea entre Arturo y Chris.

— Bonita carta, me he emocionado.

Chris se paró en seco y fijó sus ojos en Arturo.

— Te estoy tomando el pelo, aunque si que la he leído y me he emocionado.

Chris seguía sin hablar.

— Venga hombre, no te pongas así, como hermano de Beatriz soy yo quien debiera mirarte así...

— Mira Arturo, no te conozco, sólo se que ella te aprecia mucho, pero yo la quiero.

Arturo casi no daba crédito con esas palabras, hasta que le vino a la mente una clara respuesta a lo que pasaba.

— No sé qué te ha contado ella de mí, pero yo ya tengo a mi media naranja en casa y a mi pequeño. Y sé que ella te quiere muchísimo, además creo que tú también. Así que mejor será que nos llevemos bien por Beatriz.

— ¿Lo dices en serio?

— Muy en serio —aseveró.

— Tendré que creerte.

Se dieron un apretón de manos en señal de paz y amistad. Para librar un poco más las tensiones Arturo hizo lo que mejor sabía, hacer reír.

Tan sólo grabaron durante cuatro horas, evidentemente a causa de la presencia de Arturo y gracias al hecho de que habían adelantado trabajo y podían permitirse tomar algo de tiempo libre.

Decidieron irse todos juntos a comer, los cinco (Beatriz, Chris, Sebastian, Alyson y Arturo). Estaban en un restaurante mejicano así que pidieron ración de nachos con queso y también unos tacos.

— Veo que os lleváis muy bien, ¿desde cuándo decís que os conocéis?

— Bueno, es una pregunta difícil, ¿verdad? —dijo Arturo mirando a Beatriz.

— Sí —hizo una pequeña pausa creando expectación- desde que yo lo conozco han pasado veinte años y desde que él me conoce a mí... —pronunció pensativa— doce años.

Una Vida Soñada. I © (TERMINADA) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora