Cuando Ludwig (Alemania) le comentó a Gilbert (Prusia) que había sido elegido para representar a la nación naciente, el muchacho albino le rogó desistir de la oferta.
La razón era simple. A menudo, los monjes elegían a muchachos jóvenes, sin familia, que nadie extrañaría ni cuya desaparición no sería motivo de intriga entre la gente. Además, claro, que de alguna forma, fuera alguien que diera indicios, al menos de manera prototípica, de las características de su nación. Gilbert las había dado. Ese muchacho, a quien quería como a un hermano, de manera totalmente fraternal y sincera y que ahora posiblemente lo acompañaría para siempre en esa vida inmortal; también.
Gilbert ya había alcanzado la adultez, porque Prusia era un reino estable desde el siglo XV, momento en el que lo eligieron. Se lo llevaron, lo encerraron, lo durmieron, lo marcaron a hierro vivo y lo hicieron despertar. Su vida, ahora, dependía de un conjunto de otras, y no de sí.
Pero aunque las promesas habían sido vastas, el vacío que lo hacía deambular pesaba cada día más, y Gilbert sabía que nunca lo aplastaría del todo hasta matarlo, porque simplemente no era posible.
Ahora, en el XIX, era Ludwig quien estaba dispuesto a eso, a representar a Alemania, pese a todo. Tenía diecisiete años, se había ganado el cariño de Prusia (Gilbert) cuando los principados alemanes querían ser una sola nación. Gilbert lo seguiría siendo, aunque de alguna forma, sería parte de Alemania (Ludwig) también.
Cuando la noticia corrió, Gilbert fue con desespero al lugar en el que él había despertado luego de ese ritual. Vio a lo lejos las puertas de un edificio abrirse, desde donde venían saliendo monjes, políticos, obispos y finalmente, un niño que no aparentaba más de cinco años.
Alemania era su nombre nuevo. Y sus ojos no eran los de un niño, sino los de un adulto, los de un muchacho que ya ha vivido hambruna, guerras, dolor y miseria. Gilbert (Prusia) suspiró para tragarse amargamente el "te lo dije".
—¿Está todo bien, pequeño West? —Le preguntó con cariño; a lo que Ludwig (Alemania) asintió con cierto temor —Bien. Ahora vendrás conmigo —Continuó, tomándolo en brazos—, te enseñaré a ser la mejor nación de todas.
—360 palabras—
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APH: Fictober 2019
FanfictionFictober versión 2019 perteneciente al grupo de Facebook "Motín Fanficker". Relatos breves autoconclusivos, uno por día. Distintas parejas, distintas versiones y distintos protagonistas.