7 Plantas

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Si juzgamos por las apariencias, Crowley parece ser el tipo de persona que no le importa nada ni nadie.
Ese tipo de persona que no sería capaz de cuidar a ningún ser, ni siquiera ser capaz de cuidarse así mismo.

Claro, eso solo son especulaciones de quienes no lo conocen y se dejan llevar por atmósfera hostil que llega a crear a su alrededor y su manera de tratar al resto del mundo exceptuando algunos pocos.

A pesar de todo lo que se cree sobre él, nadie podría creer que el demonio Crowley cuida plantas, así es plantas, de todos los hobbies que podría tener él decidió tener que dedicarse al cuidado de plantas, algunos creerían que si el tendría qué cuidar a otro ser vivo sería más del tipo de tener de mascota alguna tarántula, serpiente, o si es muy extravagante tendría un cocodrilo o un león a su cuidado, pero, ¿plantas? Eso suena algo que haría una persona más como Aziraphale y no como algo que haría una persona como Crowley.

Si el infierno se entera de eso se encargarían de hacer cenizas a cada una de ellas, ya que la imagen de sus demonios no puede ser manchada de ninguna manera y menos se pueden mostrar que les importa la vida de otros seres, las apariencias son muy importantes tanto para los demonios como para los ángeles.

Y lo más sorprendente es el maravilloso cuidado que hace Crowley, si no nos enfocamos en como lo hace y solo vemos el resultado, es un trabajo excepcional. Sin embargo de donde vino este amor tan peculiar a las plantas, ni siquiera Crowley sabe exactamente de donde proviene. Aunque puede que esto comenzará en el mismo lugar donde la historia de la humanidad comenzó, en el jardín del Edén.

Antes Crowley había trabajado en crear y embellecer las creaciones de Dios cuando este estaba aún del lado del cielo luego ocurrió todo el asunto de la guerra para posteriormente su caída, después de eso los lazos con el cielo se perdieron y ahora su nuevo trabajo sería arruinar junto con el resto de demonios lo que alguna vez habían construido con tanto amor y orgullo.

Su primer trabajo sería hacer pecar a los primeros humanos siendo un trabajo que realizó con éxito, una vez que terminó tendría que cumplir nuevas misiones con los descendientes de Adam y Eva. Aunque no tenía nada en contra de eso, no le gustaba mucho dejar el Edén, nunca lo admitió pero si que ama ese lugar, tan perfecto, le hacía sentir como si estuviera al lado de Dios otra vez, se sentía como si volviera a estar en casa donde realmente pertenece, puede que eso se debiera al hermoso trabajo que hacían las plantas en ese paraíso dándole vida como ninguno otro pudiera darle se la. La vegetación de la tierra era algo similar hace miles de años atrás, aunque jamás se comparará con el Edén, sin embargo eso no duró mucho, a medida que los años pasan el hombre destruye gran parte de la fauna y flora sin importarle que es gracias a ellas que ellos existen, el demonio fue testigo de como la humanidad iba consumiendo cada vez más el territorio para sus deseos egoístas , a veces los humanos pueden ser más ambicioso que los demonios, fue algo que aprendió durante esos años en la tierra.

A medida que los años pasaban la idea de volver a sentir algo similar a lo que sintió en el Edén se volvió un hecho que sabes que sólo puedes experimentar una vez en tu existencia.

O eso creyó, en el siglo xx comenzó a practicar la botánica algo que no era totalmente de su gusto al principio hasta que encontró la manera de hacer las cosas bien a su modo, de allí su manera tan peculiar de cuidar a sus plantas, esas plantas son tan perfectas al igual de lo que están de asustadas es la manera de Crowley sin saberlo de regresar a su pequeño paraíso donde todo es perfecto.

† We're On Our Side † Good Omens † FictoberDonde viven las historias. Descúbrelo ahora