30 Bendiciones

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Desde el momento en que separaron sus caminos supieron que su amor está prohibido, tanto en el cielo como en el infierno.

A pesar de llamarse enemigos su amor todavía sigue vigente, no se dejaron de amar cuando se separaron, no se dejaron de amar mientras estaban en guerra y no se han dejado de amar después de milenios separados.

Entonces si ambos se aman por qué no estar juntos, luchar por su amor y estar juntos como lo han deseado desde el comienzo.

Pero nunca se atrevieron a dar ese paso.

Porque un ángel y un demonio no pueden estar juntos, no hay lugar para el amor para seres como ellos.


Entonces por qué otros si pueden.

Aziraphale y Crowley, esos dos traidores. No solo se revelaron en contra de sus supremos ahora también han decidido forma una relación prohibida, es que no solo les basta con ser traidores.

—Deberían ser eliminados–comento Beelz con molestia a su compañero de tragos.

—Lo sé, pero recuerda lo último que pasó cuando tratamos de eliminarlos–responde Gabriel también molesto por toda esta situación, usualmente no estaría bebiendo con su enemigo en un bar apartado de todos solo para sacar sus frustraciones con el alcohol como lo hacen los humanos. Pero, hay momentos donde se pueden hacer cambios de planes y este es uno de ellos.

—Entonces hacen lo que quieran y se salen con la suya...–reclama Beelz como si Gabriel tuviera parte de la culpa.

—A mi tampoco me agrada esto–responde Gabriel molesto, como si no fuera obvio el desagrado que tiene ante la situación con esos traidores.

—Pues no lo parece, te niegas hacer algo al respecto–y, allí estaba Beelz molestando a Gabriel de nuevo.

Gabriel pensaba en responder al reclamo de Beelz, no es que se negará en hacer algo, por supuesto que quiere hacer algo, pero eso significa molestar a Dios entonces no puede hacer nada al respecto—... Dios prohibido que interviniera.

Con solo mencionar a Dios Beelzeb toma la botella entera de vodka y la bebe como si de agua se tratara. Gabriel solo se limita a mirarle mientras bebe su copa de vino sin perder su elegancia a pesar de estar notablemente molesto como su compañía.

—Y que hay de tu jefe, él no hará nada al respecto.

—Tampoco le importa una mierda, desde que el mocoso de su hijo se reveló no ha querido hacer nada sobre el apocalipsis y el tema de Crowley le es indiferente... De hecho hasta mencionó... Que ya se había tardado en hacer oficial lo suyo con ese ángel.

—Como es posible que siempre lo supieron y nunca les importó.

—Dios tiene a sus favoritos siempre lo he dicho.

—¡¿Y a Satanás no?!

—No, a él no le importa nadie más que él mismo, ya te lo dije le es indiferente todo el tema– reafirma Beelz, ya no le queda nada en su botella de vodka y ahora solo juega con ella–. A diferencia de Dios que tiene a sus favoritos.

Vuelve a insistir Beelz, echando toda la culpa si no es Gabriel entonces a Dios.

Gabriel se molesta con eso, porque suena como si de los favoritos de Dios él no está incluído.

—¡No tiene sus favoritos! Lo dices porque te echo del cielo, no es cierto.

Entonces Beelz le dió un golpe, si había algo que molestará al demonio es su recordatorio de su pasado y su relación con los ángeles.

Gabriel esperaba ese golpe, no es como si antes no hubiera recibido algún golpe por parte de Beelz. A pesar de eso jamás le devolvía los golpes por más dolorosos que sean.

—¡No me molesta que me echara del cielo! ¡Me molestó que tú no me siguieras!

—...–Gabriel no esperaba esa respuesta, y por la mirada de Beelz después de decir eso tal parece que tampoco esperaba confesar eso–. Yo pensé... Que no querías que te siguiera...

—¡Eres tan imbécil!–Beelz sabía que lo que diría sería una tortura, pero que importa si ya confesó lo que guardo en secreto durante milenios, por qué no sacar toda la verdad por está noche–. Esperaba que lo hicieras sin que te lo pidiera, pensé... Que podría ser más importante que lo demás, más importante que el cielo, más importante que Dios... Pero, me equivoqué.

Esas palabras dolían, le dolía al demonio confesarlo y al ángel escuchar. Gabriel en este momento desearía que le diría otro golpe, sería mejor que escuchar eso.

Beelz no esperó a que Gabriel tomara su turno de hablar, no quiere escuchar nada de él, no serviría de nada. Se levanta de su lugar y sale del lugar sin prestarle atención a los gritos de Gabriel, no piensa regresar y afrontar el pasado.

Una vez fuera del local regresa al infierno, sabe que Gabriel no le seguirá hasta allá, jamás lo ha hecho. Lo cual es bueno porque no quiere enfrentar al ángel y recordar su pasado una vez más.

Porque para Beelz es un hecho que hay quienes tienen la bendición de Dios y otros desgraciados como ellos que jamás la tendrán.

† We're On Our Side † Good Omens † FictoberDonde viven las historias. Descúbrelo ahora