16 Plumas

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Las alas de los ángeles siempre ha sido la característica más destacable y gloriosa en su apariencia. Los ángeles mostraban esas alas con orgullo, las cuidaban y presumían por ser un regalo de Dios exclusivamente para ellos, la blancura de sus plumas está relacionado a la pureza de su ser, siendo señal de ser fieles seguidores de Dios.

Sin embargo, siglos después esas alas ya no fueron exclusivas de los ángeles, los demonios también las tienen, y como no las tendrían si una vez pertenecieron al cielo.

Después de su traición y ser desterrados por Dios sin tener misericordia por ninguno de ellos, esas alas antes muestra de su pureza ardieron provocando un dolor inmenso en sus dueños, un dolor que jamás podrían olvidar mientras eran arrojados a lo más bajo, humillación y furia fue lo que todos sintieron mientras que la idea de venganza fue lo único que para la mayoría de los caídos les hizo levantarse y seguir adelante en ese nuevo mundo ahora conocido como infierno, su nuevo lugar, por ahora hasta que puedan volver a enfrentarse y vencer al cielo como no lo hicieron la primera vez.

Los demonios jamás volverán a tener esa pureza y belleza que una vez tuvieron cuando le pertenecían a Dios. Esas alas jamás volverían a ser blancas ya que están quemadas por el pecado y traición que han cometido y una vez que han pecado jamás volverán a ser los mismos.

Gabriel lo sabe perfectamente. En lo personal si se trata de la mayoría de esos caídos no le importa en lo más mínimo que ardan en el infierno, jamás confió en ellos y en parte le alegra que cayeran pues nunca los considero dignos de pertenecer al cielo. Sin embargo, solo existe un ángel por el cual Gabriel había insistió en que se quedará, ahora conocido como Beelzebub, le rogó que se quedará, pero siempre había sido tan obstinada y no dejaría que Gabriel le dijera que hacer, en eso siempre se habían parecido, ambos tan orgullosos y obstinados.

Durante la guerra ambos pelearon, más que defender sus respectivos bandos fue más bien una pelea sobre quién era más fuerte, fue más personal. Aunque Gabriel en ese entonces todavía seguía con el plan de hacerla recapacitar y se mostraba molestó en el fondo, tenía la esperanza que pidiera piedad y rogara por perdón para seguir en el cielo, Gabriel pudo haber ayudado a pedirle misericordia a Dios y que no fuera castigado como el resto de traidores, pero solo es una fantasía, como Dios no iba a castigarla si fue de los primeros en cometer traición y ser de líder de esos ataques, no importa cuánta clemencia pidiera o incluso si Gabriel interviene en eso, Dios simplemente no tendría piedad de ningún caído, y eso lo sabia perfectamente Gabriel como ahora el llamado Beelzebub. No tenía sentido buscarle el final feliz para ambos en esa batalla, jamás la tendrían. Al final Gabriel solo presenció cómo el ángel que alguna vez amó, incluso más que a Dios, caía en la oscuridad.

Esa clase de recuerdos son dolorosos, incluso después de milenios todavía le sigue doliendo y pensando que pudo ser de ambos si Beelzebub se hubiera quedado o si él se hubiera ido, lo único que le queda son sus recuerdos y una pluma que le pertenece que todavía es blanca, lo única prueba que alguna vez Beelzebub fue un ángel.

† We're On Our Side † Good Omens † FictoberDonde viven las historias. Descúbrelo ahora