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13 Alas

Desde que los ángeles y demonios han vivido en las sombras con los humanos ciertos cambios en su apariencia ocurrieron para pasar desapercibidos, a los ángeles se les va bien eso de pasar como ser mortales normales, sin embargo, a los demonios no tanto, excepto a Crowley.

Entre esos cambios de apariencia las alas de ambos lados se han mantenido ocultas por mucho tiempo y está prohibido sacarlas hasta que no sea el apocalipsis, después de todo no son un objeto que puedan sacar para presumir por ahí como si nada, aunque los demonios no están del todo orgullosos de ellas, ya que les recuerda lo que fueron alguna vez y que fueron derrotados.

Es una regla no escrita y ambos lados la cumplen, o bueno, eso es lo que creen el cielo y el infierno.

-Todavía no estoy seguro de esta idea-dice Aziraphale un tanto inseguro-sabes muy bien el castigo si se enteran que nos mostramos de esta manera.

-Tranquilo ángel, vas conmigo -al decir eso Aziraphale le mirá con reproche, exactamente volar con su supuesto enemigo es precisamente lo que le preocupa de ser atrapado.-Te prometo que no nos atraparán, como la última vez que salimos juntos, ¿Recuerdas?

-Y, la última vez dijiste que no lo volveríamos hacer-le regaña el ángel al demonio, pero internamente se regaña a su mismo por siempre aceptar esas citas peligrosas con el demonio.

-No nos atraparon, y está vez será igual, te lo prometo.

Aziraphale todavía estaba dudando si seguir a Crowley.

-Te juro que esas crepas son como hechas en Francia.

Si algo sabe Crowley mejor que nadie es influenciar a las personas a caer en la tentación, Aziraphale no es la excepción.

-Pero, podemos ir en tu coche.

-Es una hermosa noche para salir a volar, además yo sé que tú adoras volar.

Es verdad, Aziraphale le encanta volar por los cielos mientras que a Crowley le encanta volar con Aziraphale.

-Bien, pero será la última vez-lo dice determinado, a pesar que en el fondo sabe que no será la última vez.

-Si, la última vez.

Después de hablar ambos muestran sus alas, están en el apartamento de Crowley, se acercan a la ventana para salir del lugar y hacer su viaje, el primero en salir del lugar es Crowley, una vez fuera le da la mano a Aziraphale ayudándolo a salir, a la vez que le da un poco más de confianza para salir juntos. Toman vuelvo y empiezan a subir lo más alto que sea posible para que no sean percibidos por los humanos. Ambos vuelan juntos maravillados por la grandiosa sensación que les produce estar en el cielo, pero es la compañía del otro que lo hace todavía mejor.