CAPITULO 1 Infernales vacaciones de verano... ¡Oh Dios!

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-¡No quiero oír nada más! -  gruñó mi madre hacia Rachel y a mí.

-Pero mamá tú sabes cómo es la tía Rosy –Dijo Rachel

 Mi madre nos avisó esa misma mañana que iriamos a la casa de la tia Rosy solo por el verano.

Rosy, mi buena tía, tan loca como una cabra porque siempre le gustaba exagerar en las cosas que decía o vestirse extravagantemente de rosa o cualquier color que estuviese de moda  .Sí , pasaría una temporada con mi tormentosa hermana y con la  loca tía. ¿Acaso Dios no podía tener piedad de mí? Al menos, Dios! Mándame una señal.

La tortura recién comenzaba…

-¡Margaret, Rachel! –Grito mi madre, dentro del auto, dando bocinazos en la calle-Apúrense niñas

Mientras Rachel salía a toda prisa con su maleta, me adelanté y empujándola un poco a un lado casi se cae al suelo, pero la maleta  evito el golpe dejando su trasero expuesto.

-¿pero qué rayos te pasa? Es que eres ciega –me dijo enojada.

-Lo siento, Rachel 

Ambas subimos al auto, cada una con su equipaje listas para ir a California, donde el sol  y el calor no tendrían piedad de nadie, y es que maldita sea, era un horno a todo volumen esa temporada.

Bien si tendría también que sumarse eso a mi loca tía y a mi desesperante hermana, todo sería jodidamente horrible. 

<<Serénate, Margaret ,quizá no sea tan malo como parece. >>

Llegamos a California  , San José  para ser más precisos, el sol ya estaba radiante y quemaba como el mismísimo infierno .Nos aproximamos hacia una casa salida como de cuentos de hadas: con una fuente al frente, un ángel de concreto que  por su boca salía chorros de agua, y varios caminos de áreas verdes, la gran mansión  porque era increíblemente grande, era de color rojizo con paredes color piel, ¡Dios! , era tan hermosa.

La tía Rosy estaba parada en el lumbral dela casa, debajo de sus gafas redondas se podía ver sus intensos ojos color avellana,nos  sonrió  desde lejos. Junto a ella estaba un mayordomo, y algunas sirvientas  arreglaban  los jardines.

Bajamos del auto, mi madre fue a saludar a su hermana.

-Hermana querida- se abrazaron –cuanto tiempo, ¿Por qué se demoraron tanto?-Pregunto Rosy

-Lo siento, el tráfico de aquí es tan molesto –dijo  mirando la casa

-¡Cielos!  ¿Esta es tu nueva casa verdad?

-Sí, me mude hace poco, mi esposo adora esta  casa él está en San francisco por cuestiones de negocios y no volverá hasta diciembre –dijo tristemente.-Gracias por traer a mis adorables sobrinas Maggy.

-La verdad es que están insoportables, mejor cuídalas tú por un tiempo –añadio Maggy

-¡Venga ya!  Será para mí lo más bonito del mundo.

Rosy no tenía hijos, no los podía tener tampoco, quiso adoptar niños  pero  no era  lo mismo.

-Lucas-llamó al mayordomo – Por favor, ingresa las maletas de las señoritas y déjalas en las habitaciones correspondientes-Nosotras estabamos anonadadas por la casa .

A Rachel por tener la boca abierta se atraganto con una mosca, poniendo cara de asco tosió fuertemente, que hasta mi madre tuvo que auxiliarla dándole golpecitos en la espalda. La mosca salió por la nariz.

Con asco y reprimiendo una risita solo atine a mirarla.

Rosy avanzó hacia nosotras apretujándonos contra su pecho –Mis niñas, ¿Cómo han estado?, las extrañé tanto… ¡Por Dios cuanto han crecido!-exclamó.

¡Socorro!No quiero enamorarmeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora