CAPITULO 24-IDespués de la tormenta

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Desperté en medio de muchas personas, los ojos aún me dolían y el cuerpo me martirizaba si trataba de hacer algún esfuerzo.

No pude ver casi nada, pero escuchaba voces muy profundas. Muchos de aquellos murmullos los reconocí; a Carmen a Lucas y las muchachas del  servicio.

Mientras  estaba casi consiente ,por momentos, sentía que alguien tomaba mi mano con delicadeza y no se apartaba de mí.

Cuando ya por fin tuve la fuerza suficiente como para moverme, abrí los ojos y entornándolos bien por la oscuridad que se presenciaba, trataba de concentrar la vista en las imágenes a mí alrededor.

¿Dónde estoy?

¿Qué me pasó?

Después de un par de minutos de hacer trabajar los ojos puse a trabajar mi cerebro tratando de recordar que pasó conmigo y porque estaba en un dormitorio extraño.

Las imágenes  y recuerdos acudieron casi de inmediato, asustándome, haciendo que gritara como loca por toda la habitación. Sentándome de golpe solo lloraba y gritaba como una posesa sin encontrar consuelo.

En menos de un minuto la puerta se abrió, dejando pasar a un descontrolado Andrew detrás De él estaba Nataly que me miraba con cara de horror y tristeza.

-¿Qué pasa?... ¿Alguien te ha hecho daño?...Por Dios dime...-me dijo abrazándome y meciéndome sobándome la espalda para callar mis gritos y temores.

Después de unos largos minutos en silencio  añadió.

-Tranquila solo fue un mal sueño, todo pasará ya verás.

No quería escuchar nada, me puse rígida en sus brazos y le pregunté.

-¿Dónde está él?-me separe de sus brazos para mirarlo.

-Tienes que descansar, estuviste enferma  todos nos preocupamos por ti, mira allí Carmen te preparo un caldo de pollo-señalo la bandeja que reposaba en la mesita de noche.

-¿Dónde está él?-Volví a preguntar pero con más fuerza aun.

 -Nataly ve a tu habitación —dijo sin voltear a mirarla y mirándome furioso

-Quiero estar con Maggy

-¡Que vayas a tu habitación! —añadió levantando la voz asustándonos a ambas. La pequeña se fue llorando.

Bajó la cabeza desviando mi mirada.

-Todo acabó....todo acabó-se levantó de la cama y se dirigió hacia la puerta.

-Necesitas descansar —se apresuró a decir.

-Necesito explicaciones, ¿Dónde está el?- volví a preguntar un poco más ofuscada que curiosa.

-¿Tanto te interesa? ¿Tanto amor le sigues profesando, luego de lo que casi estuvo a punto de hacerte?

Me quedé callada, bajando la mirada. Solo quería saber a dónde se lo habían llevado no porque lo amara, eso ya había muerto desde hace años, sino porque quería verlo lejos de mí.

-Buenas noches —añadió en un susurro y se fue sin decir más.

Me recosté de nuevo, dejando que las lágrimas fluyeran sin avisar y que el corazón se me estrujara por sentir el vacío.

A la mañana siguiente me despertó Carmen trayéndome el desayuno.

-Buenos días muchacha-se sentó a mi lado —te traje e desayuno, lo que Nataly dijo que te gustaba.

-Gracias —añadí aun con tristeza y fatiga

Me extendió la bandeja sobre una almohada, la destapó, de inmediato el estómago me rugió y comencé a saborear cada alimento.

-Todos estábamos muy preocupados por ti-me dijo mientras  tomaba jugo de naranja.

-Estuviste muchos días inconsciente, el doctor nos ha dicho que es agotamiento y del sangrado profundo de tu herida-señalo mi tobillo

-¿Cuántos días estuve inconsciente? -pregunte de repente

-Más de cinco días-añadió alarmándome-Todos nos turnábamos para venir a verte.

-¿Cinco días?-pregunté asombrada

Asintió para luego mirarme con tristeza.

-Pero sabes todos han venido a dejarte algo....Mira esas rosas azules, rojas y blancas son de las chicas del jardín —dijo señalando un jarrón con excesivas rosas, pero bonito-Peter, el chofer ,y los demás chicos te trajeron dulces-señaló la cajita color rosa llena de bombones y chocolates.-Mi Lucas...ejem ..ejem...perdón...Lucas y yo te hemos traído algunos libros, sabemos que te encanta leer-y señalo un regalo envuelto en un moño azul.

-Son todos maravillosos- dije aun estupefacta por tanta preocupación por mí-Quiero agradecerles a cada uno por su preocupación.

-Ya habrá tiempo para eso muchacha...Ahora lo más importante es que te recuperes rápidamente.

Retire la bandeja para abrazarla.

-Sé que tú fuiste quien me salvó la vida la segunda vez —la apretujé aún más fuerte-Gracias, muchas gracias Carmen.

Me abrazó también haciéndome llorar. Al separarnos limpio mis lágrimas  tendiéndome la bandeja de nuevo.

-No te preocupes, eres una buena niña....Pero yo no fui la única que se preocupó por ti, Andrew estuvo al pendiente de ti todos estos días. Lo vi asustado por que te pasara algo, parecía loco caminando de un lado a otro preguntándole al médico cuando despertarías. Ahuyentando a la pequeña para que no te molestara, viniendo cada noche aquí a cuidarte y velar tus sueños. A decirnos a todos que si te pasaba algo el mismo nos mataría-rió un poco

Al terminar ella de hablar, no salía de mi asombro.

-SI a alguien tienes que agradecerle, es a él, muchacha —finalmente añadió tomándome la mano y apretándola un poco.

Se llevó la bandeja dejándome aturdida y sorprendida.

¡Socorro!No quiero enamorarmeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora