¡Socorro!No quiero enamorarme

CAPITULO 2 Jodidamente intolerable

Si creía que las vacaciones de verano iban a ser tan malas  como me lo imagine, pues resultó ser de  lo peor.

A la mañana siguiente  estaba cansada, después del accidente con Andrew y de escuchar tres largas horas en el comedor a la hora del almuerzo a mi tía contando sus  aventuras en África, de cómo  dormían los elefantes, o que los canguros eran animales gigantescos y que uno de ellos le dio una patada a mi tío quebrándole dos dientes delanteros, o  escuchar que el sol era tremendamente intenso en las horas de la mañana.

Lo juro por lo más sagrado que ya no sentía las nalgas, apenas me costaba caminar.

Ese mismo día  después del incidente del cuarto y de haberle dejado un chichón  en la cabeza  a Andrew bajamos al comedor yo estaba sentada entre  mi  tía y  mi hermosamente jodida hermana sí, quizá hablo muy  mal  o con cólera  pero es que ella se pasó toda la niñez llamándome nerd y quitándome a los chicos que me gustaba , se lo pasé muchas veces  hasta intente hacer las paces con ella ,Rachel  algunas veces era dulce y comprensiva pero luego se salía de control y hacía maldades  no pretendo parecer la cenicienta con una hermana tan mala y con una mamá tan loca y gruñona ¿Pero que podía hacer? Esta era mi familia, a pesar que mi padre estaba lejos y lo extrañaba a mares, era el único que me entendía.

Regresando al tema anterior, estábamos sentados  Rosy, mi tía, Andrew al frente mío y Rachel  al lado derecho .Intenté apartar la mirada de él , pero esos revoltosos ojos azules me miraban desafiantes diciendo <<espérate y me vengare>> , como que leyendo mi mente Andrew se pasó una mano por aquel chichón y exclamo –¡Auch!.

-¿Pero qué te pasó Andrew?-dijo mi tía después de su larga conversación que al parecer a ninguno de los tres nos interesaba.

Andrew respiro para responder, pero algo lo interrumpió mirando hacia su regazo estaba un gato parecido a Garfield. Le  pasó una mano por el lomo y le rasco detrás de la orejita, aquel horroroso animal tenía una campanita que se oía en el lugar.

-Nada… me golpee en la habitación  con el armario pequeño–dijo con voz ronca y podría jurar que estaba furioso, llevándose un pedazo de helado a la boca.

Rachel estaba tan descaradamente vestida, se había puesto una falda negra que casi se le veía el hígado o el intestino delgado si intentaba inclinarse, una blusa color rojo con un escote en v que dejaba a la vista un poco de su sujetador color negro haciendo que sus senos estuvieran a punto de explotar .Miraba a Andrew como cazadora de animales, pero él ni caso le hacía  tenía los ojos fijos en mi o en el peludo animal.

-Deberías ponerte una pomada, querido – mascullo mi tía

-Sí, lo hare después  

Y así pasó el día, nos estábamos retirando cada uno a sus cuartos, pero antes de subir las escaleras a mi grandiosa tía se le ocurrió que deberíamos ir a visitar una pequeña granja que tenía detrás de su enorme casa.

-El sol esta precioso, y quisiera dar un pequeño paseo con mis queridas sobrinas –agarrándonos por los codos a las dos nos obligó a ir a la entrada de la casa-Si quieres puedes venir Andrew-hablo mirando hacia él.

Su mirada cayó en mí, yo moví la cabeza de un lado a otro pero no exageradamente, entonces me desafió afirmando con su cabeza levemente esbozando una sonrisa maliciosa.

-Claro, vamos

Rachel se alejó de nosotras, porque estábamos las tres caminando al mismo tiempo, mientras mi tía volvía a relatar  su viaje a África, ¿Acaso nunca se cansaría?

Avanzamos casi de prisa, Rachel y Andrew estaban detrás de nosotras  ella estaba hablándole, pero él le ignoraba. En vista de que no le hacía caso ella se colocó en frente de él  poniendo los brazos  en jarras, él le miró el escote, tragó saliva y se apartó de su lado.