Al día siguiente estaba como sonámbula, Lily no me dejó dormir en toda la noche, se la pasaba hablando de lo bien que se veía Andrew, de qué tamaño creía que era su “encanto”, refiriéndose a su gran trasero masculino, o de como la abrazarían esos brazos fornidos. Traté de despejar mi mente dándome una buena ducha para borrar la imagen de él durmiendo. Lo cual resulto imposible.
Pero maldita sea, Lily no dejaba de recordármelo a cada instante .Si seguía así la aventaría por la primera ventana, lo juro.
Estaba tratando de escribirle una carta a papá, luego de escuchar a Lily quejarse toda la mañana por el intenso calor y por él.
-Cariño, aquí estas
-¿Qué pasa tía?
- Ha surgido un pequeño problema en San francisco y me solicitan allá, así que tendré que quedarme dos semanas por lo menos.
-¿Pero qué ha pasado?
-Es tu tío, está enfermo y no hay quien lo atienda.
<<Ni loca me quedo en casa>>.
-Ya veo, ¿Puedo ir contigo?
-No cariño, estaré muy ocupada y no tendré tiempo para ti
-Pero, yo no seré una molestia, lo prometo
-Lo siento Margaret, tengo que salir ahora mismo para allá
-No te preocupes, Andrew se encargará de la casa, hasta ahora ha demostrado buen comportamiento así que si hay algún problema solo llámame, el número lo coloque en el refrigerador junto con la dirección.
<<¡Ay no!>>
-Pero… ¿si mejor me regreso a casa?
-No, cariño recuerda que tu madre está ocupada en el consultorio y no quiero perturbarla
-Pero…
Alzo la mano para que ya no dijera una sola palabra.
-Bien, me tengo que ir-dándome un beso en la mejilla se retiró
Ya no podía hacer nada, se fue casi corriendo por el pasillo y los escalones con una pequeña maleta que llevaba Lucas detrás de ella. Subió a la limusina negra con el escudo de “Familia Taylor” en la puerta.
Resoplando y caminando de vuelta a mi dormitorio, escuché unas risas que me resultaba muy familiar. Al alzar la vista hacia los escalones encontré a Lily y Andrew hablando y sonriéndose entre sí. Al posar la vista más arriba vi como Rachel se acercaba a ellos. Después de cerrar la puerta de su habitación.
Los miraba con recelo y como una hiena fijando su siguiente víctima con el rostro totalmente serio.
-¿Tú quién eres?-le preguntó caminando rápidamente y colocándose entre los dos
-¿Acaso ya no me recuerdas Rach ?
Rachel solo la observó de arriba abajo con cara de indiferencia
-No, no recuerdo quien eres – entrelazando el brazo con el de Andrew-¿Cómo dormiste anoche?- preguntó.
Él solo atino a mirarla.
- Vamos a caminar es un día hermoso-le dijo inesperadamente Lily agarrándolo por el otro brazo
Las dos se miraban con un odio profundo, como un león defendiendo su presa, la cara de Andrew pasaba de una a la otra sin saber qué hacer pero al mirar hacia abajo se encontró conmigo.
En sus ojos se leía <<Ayúdame>>
<< Nooo puede ser….Se armará la tercera guerra mundial>>
En ese momento quería reírme así que sin más di media vuelta y salí de casa.
Al estar fuera, escuché gritos pero no le tomé importancia, sonreí para mis adentros, si quieren se pueden arrancar cada cabello de sus respectivas cabezas o partirse un diente, a mí eso no me importaba. Aunque me encantaba la idea de ver sin un diente a cada una de ellas.
Hubo un silencio repentino, en ese instante, mientras me debatía entre ir a leer al jardín o a mi habitación, la puerta principal se abrió de golpe…
Andrew estaba pasmado salió corriendo de la casa, cuando segundos después aparecieron mi mejor amiga y mi hermana tratando de ver quien llegaba primera hacia él.
<<¡Tanto alboroto por él !>>
Sé que las cosas no se quedarían allí, tanto Lily como Rachel nunca aceptaban perder; la primera porque decía que él era su hombre ideal y la segunda porque su orgullo no le permitía esas fallas. Así que lo de esta mañana solo fue un pequeñísimo problema, y que la guerra entre las dos estaba declarada.
Caminé hacia el jardín llevando conmigo el libro que le recomendaron 9 reglas que romper para conquistar a un granuja, bien ahora que mi tía no estaría las cosas irían de mal en peor. Inspirando profundamente el aire fresco de la mañana me senté al borde de un gran árbol el cual servía de sombra del intenso sol.
-Hola ¿Que estás leyendo?
Nataly , la pequeña, estaba frente a mí con su amado osito de peluche un vestido de color café y llevaba dos coletas .Sonriendo tiernamente caminó hacia mi dirección para luego mirarme con esos hermosos ojos azules ,que sin duda eran tan intensos como los de Andrew.
¿Cómo no hablar con aquella hermosa niña?, con sus angelicales ojos azules le pedía a gritos que le prestaran atención, bien, aunque yo no era la mejor persona sociable del mundo, al menos trataría de hacer una nueva amiga
-Hola preciosa, un libro que me recomendaron hace mucho.
-¿Puedo leer contigo?
-Pero…
-An está jugando con las chicas, bueno no sé si jugando porque vi como lo jalaban de un lado para otro mientras el solo las miraba.
<<Bien hecho>>Contuve una sonrisa.
La pequeña sacando un libro de la pequeña maleta que sostenía en sus hombros me lo entregó.
-Yo quiero leer esto
Mirando la portada, lo analicé.
-Este libro es hermoso – suspiré-¿Qué parte quieres que lea preciosa?
Nataly, busco con sus pequeños deditos la página donde estaba el separador de libros.
Aquel libro, se trataba de Matilda de Roald Dahl. De niña lo había leído junto con mi padre antes de ir a dormir.
Me entregó el libro.
La pequeña se sentó a mi lado
Pero entonces algo sucedió.
Nataly se recostó en mis piernas, abrazando fuertemente su osito de peluche.
No sabía qué hacer, así que tímidamente agarré bien el libro y comencé a leer en voz alta. Jamás había tenido tanta cercanía con una niña.
A medida que leía, notaba que la pequeña se relajaba en mi regazo .Luego de dos horas Nataly(increiblemente no se durmio en los primeros 30 minutos) cayó en un profundo sueño. La cobijé como a un bebé .Esa mañana era tan pacifica, que después de cinco minutos, me quedé dormida también
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¡Socorro!No quiero enamorarme
RomansaUna novela Donde no podrás evitar reír No , no es la típica chica bonita Ni la de ojos verdes, ni azules Ni deseada por todos ES SIMPLEMENTE ....ELLA Es una persona de lo mas normal posible ¿Podrá sobrevivir a todos los acontecimientos que se le...