Bien, a pesar de la ola de calor que toda la noche anterior no me dejo pegar un ojo, aparte de escuchar llorar a esa bola de pelos llamado gato y que Andrew me haya visto sin sujetador, mi día simplemente no sería bueno.
Me desperté muy temprano, me bañé, con un hambre voraz me vestí lo más rápido que pude con aquel vestido color jade que se ceñía a mi cintura y unas valerinas negras.Bien, ya no era la tímida Margaret algo en mi cambió creo que fueron los años con todas aquellas cosas que pasé.
Baje sigilosamente los grandes escalones, no quería toparme con Andrew o mi tía y esperar un acalorado altercado con ellos. Al divisar que no había nadie en la mesa tomé asiento, alargando la mano tome la campanita y agitándolo resonó en el lugar, cuando menos lo espere allí estaba Carmen de pie frente a mí.
-Buenos días señorita
-Buenos días Carmen
-¿Quiere usted el desayuno?
-Si, por favor
-Bien, ahora vuelvo
Nunca en mi vida me trataron con tanta cordialidad o amabilidad. Al irse Carmen, el sol resplandecía a todo volumen entrando por los grandes ventanales y aquellas cortinas azules.
- Veo que no soy el único que no durmió anoche- murmuro detrás de mí Andrew
De un sobresalto, me puse rígida.
Se dirigió a la parte derecha, deslizando los dedos por la mesa. Estaba muy bien vestido llevaba una camisa azul oscuro con el primer botón abierto dejaba ver su pecho, que por cierto no estaba nada mal, unos pantalones negros y unos zapatos del mismo color.
Por un largo rato se quedó mirándome, pensé que no me había peinado correctamente, pero luego recordé que deje mi cabello suelto para que los rizos se secaran con el viento, solo opté por aplicarme lápiz labial color cereza. No pude contenerme al observarlo, pero en vez de parecer desafiante fue todo lo contrario, mis mejillas empezaban a arder mientras él me devoraba con la mirada desde mi cabello hasta una parte del vestido.
-Bueno días, Carmen –murmuró el quitándome la mirada de encima
-Buenos días joven Andrew
-¿Podría por favor traerme el desayuno a mí también?
-Sí, claro –dando media vuelta salió del comedor, no sin antes dejar una bandeja de comida para mí.
Se sentó al frente mío .Sin quitarme los ojos de encima.
-Anoche estabas impresionante
Antes de llevarme un bocado de fresas a la boca, que por cierto Carmen tuvo la amabilidad de separar muy bien los alimentos, por un lado estaba el café con el jugo de naranja por otro las frutas y finalmente el pan recién horneado.
-¿Qué?-<< ¿pero qué diablos estaba diciendo él? >>
-No te hagas la inocente
-¿De qué hablas?
-Ese vestido de seda, te queda muy bien ¿Acaso no lo recuerdas?-enarco una ceja y sonrió maliciosamente
Ignorando su pregunta seguí embutiéndome de frutas mirando a otro lugar que no fuera él.
-Por favor no te hagas la tímida conmigo, ya me viste desnudo la primera vez así que ¿por qué yo no podría hacerlo contigo?
Me atragante con las fresas, tosí fuerte, tome un poco de jugo .No lo podía creer, mi boca se abrió haciendo un <<O>>.
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¡Socorro!No quiero enamorarme
RomanceUna novela Donde no podrás evitar reír No , no es la típica chica bonita Ni la de ojos verdes, ni azules Ni deseada por todos ES SIMPLEMENTE ....ELLA Es una persona de lo mas normal posible ¿Podrá sobrevivir a todos los acontecimientos que se le...