La Coartada.

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Cris

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Cris.

Helen dice que mis analogías son horribles, pero qué le sucede, son las mejores. Doy gracias al cielo por la ayuda de Agnes. La verdad esa no era la reacción que esperaba, aunque por el pasar de los años, ella se ha encariñado mucho con nosotros. Pero hay algo que me preocupa, y es que tal vez Wilson sepa que le contamos a la profesora, y si así fuera ¿qué nos haría? o tal vez él no se da ni por enterado, y lo único que piensa es que Agnes está defraudada de nosotros y que estamos ya vía a la estación de policia.

—¿Y si él ya sabe que estamos aquí, Agnes?—no aguanté la curiosidad y pregunté. Ella no dió respuesta y solo me miró alzando sus hombros para después volver a escribir en una hoja que tenía en frente.

—No lo creo Cris, si así fuera, ya estaríamos en la estación, además creo que esto fue planeado mucho antes de que lo interrogaran, no creo que haya tenido tiempo de llegar tan rápido hasta la casa de Alice—respondió Helen.

Yo, por lo sarcástico y masoquista que soy respondí—No te pregunté a ti, Helen, ¿quieres que te traiga las crayolas para que te quedes callada?—ella me dió una sonrisa de esas que la caracteriza tan bien, esa de que ya tiene todo bajo control y de qué sabe que lo que va a decir la va a dejar victoriosa.

—¿Pero si las trajiste, Cris? Es que si no puedes pintar, dudo que sepas empacar algo bien en una cartuchera.—Me ganó. Le volteo los ojos nuevamente pero con una sonrisa en mi rostro, ella está buscando que en algún momento yo diga algo que la haga perder. Odio cuando me gana en las discusiones, aunque es casi siempre, me irrita esa cara de orgullo que pone al ganar.

—¿Pueden dejar de lanzarse sátiras el uno al otro?—replicó Alice.

—Ya está todo listo—dijo Agnes antes de que yo pudiera responder algo—están son las respuestas a las preguntas que probablemente les hagan si los llegan a interrogar nuevamente. Hay una hoja para cada uno, apréndanse eso a la perfección, sin errores, y cualquier cosa adicional, me dicen y le dicen a los demás.

Recibimos las hojas con las preguntas y las respuestas y notamos que a la única que no le pasan una es a Even, quién se queda esperando a que llegué la de ella.

—Linda—continuo Agnes— no te pasé hoja porque tú no te has metido en ninguna de esas cosas que ellos hicieron, por lo que si te interrogan, lo único que debes hacer es decir la verdad—Wow, creo que es más difícil hacer eso que decir una mentira, no se sabe cuando uno se puede confundir, y ahí todo se desmorona.

—Hay algo que quiero decir—dijo Helen, cómo siempre ella —Profe, debemos hacer pensar a Wilson que su plan funcionó, y que usted nos odia de verdad, puede que no nos esté vigilando ahora, pero después si lo va a hacer.

—Esta bien—respondió ella—pero para que sea aún más creíble deben entrarle el anillo.

—Pero usted lo necesita ¿no?

La Culpa de lo que Somos.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora