La Hora Cero.

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Alice

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Alice.

Terminé de leer las cartas y mi corazón latía a mil. No supe que decir, las palabras no salían de mi boca y un taco se atrancó en mi garganta impidiéndome respirar con normalidad. Ya todos las habían leído, Helen dijo que era mejor ser pacientes y que cada uno diera una interpretación diferente. Lo dudó un rato y nos rotó el papel. Primero lo leyó Cris, luego Andrew y finalmente yo. Habíamos descubierto quien estaba detrás de los asesinatos y de toda la tortura, pero no supimos que hacer al respecto

Estando sorprendida por la explicación de como se había llevado todo a cabo, estaba aun mas sorprendida y confundida por lo que la carta explicaba que Andrew había hecho. Me indignaba un poco y pude haberle reclamado, pero reaccioné y pensé, me di cuenta que en la misma situación desesperada en la que él se encontró, yo hubiese hecho lo mismo. 

—Helen, nunca nos contaste lo que sucedió esa noche. ¿Por que?— lanzó Cris sin ningún animo de ser grosero o de tratar de minimizar a Helen; por el contrario, lo preguntaba con un tono de voz que demostraba apoyo.

Ella había llorado bastante con aquellas cartas, me imaginaba porque: Ella había sido la que mas cosas tuvo que hacer por Sara, y las peores. Encubrió un asesinato solo porque no quería que la vida de su amiga se dañara. Y por todo el esfuerzo que hubiese hecho, al año fue asesinada por la persona a la que prácticamente le dañó la vida. Sus ojos rojos, sus mejillas carmesí y su boca temblando medianamente mostraba sufrimiento. Todos se quedaron en silencio y al parecer Helen encontró las palabras para responder a la pregunta de Cris.

—Ni siquiera yo sabía si era cierto o no.— se sentó en una de las sillas, alejada de nosotros— no podía dejar que una decisión impulsiva terminara conmigo y con todo el esfuerzo que había hecho por sobresalir en el colegio y en todo. Me convencí de que eso no sucedió; me convencí de que todo lo que había pasado esa noche era parte de un sueño. Obligué a mi cerebro a crear escenarios nuevos que reemplazaran el escenario de ese horroroso día. Y después de un tiempo lo logré. Me convencí tanto de eso que cuando trataba de recordar algo relacionado con ese día yo lo interpretaba como producto de mi imaginación, lo hacia de forma automática.—una lagrima cayó por su mejilla, se la secó, y continuó— Ni siquiera el asesinato de Sara me hizo recordar o reaccionar. Yo conocía el nombre de Wilson Ortiz, pero hacia el esfuerzo por reprimirlo en mis recuerdos y lo terminé haciendo. 

—Fabricaste una mentira— repuso Andrew.

—No, Andrew— le dio una sonrisa triste— había fabricado un recuerdo.— las lagrimas prorrumpieron aun mas rápido y su respiración se agitó. No sabía por qué se estaba poniendo así, hasta que continuo— lo lamento. Yo asesiné a Sara indirectamente, y sin darme cuenta los sumergí a ustedes en este problema. ¡Lo siento, de verdad lo siento! Si no hubiera ayudado a Sara tal vez estaría viva y ustedes no estarían pendientes de que alguien les quiera arruinar la vida.— Todos nos miramos y comencé a llorar también pero en silencio.

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