22-octubre-2018
Incógnito.
Una semana había pasado. Helen y Cris se habían apresurado mucho al decirle a Malcom lo que debía hacer. Lo único que se vio en el pueblo esa semana en periódicos, blogs y en la televisión era la noticia del arresto de Wilson. La intriga en las personas crecía como trigo, y las personas pedían respuestas, que nadie daba.
Era ya miércoles, y el día anterior la policía había hablado con Helen y con algunos oficiales de la estación para testificar en el juicio que se llevaría a cabo al día siguiente. Helen, como siempre, se había preparado muy bien aprendiéndose a la perfección la coartada que tanto habían planeado, pues ella iba a representar a los demás, explicando lo que había pasado en realidad.
Lo que pasó el miércoles a las 9:00 de la mañana fue el detonante de una guerra civil entre el estado, Wilson y los cinco chicos aparentemente inocentes. Lo que parecía un juicio normal, se tornó repentinamente en un baño de sangre para Wilson, que después pasaría de ser una simple metáfora a algo real. El estado, iba a defender a capa y espada los derechos y la vulnerabilidad de los chicos, haciendo hasta lo imposible por sacar del camino de una vez por todas al oficial. Pero él no iba a permitir eso, no mientras viviera, no iba a dejar que unos chicos mentirosos y culpables lo hicieran ir a la cárcel, no, eso no iba a pasar.
Ese día sacaron a Wilson de prisión, con una camisa blanca contrastada con una corbata azul de puntos negros; un pantalón y unos zapatos elegantes, ademas de su barba afeitada y su cabello perfectamente ordenado. Debían hacerlo ver como un hombre pulcro y simpático a las personas del jurado. Su abogada no era una de las mejores del pueblo, pero sus conocidos le habían hecho creer lo contrario. Por otro lado, Helen se encontraba en su casa, sola, pues eso era lo que quería. Su vestido era sencillo pero elegante, con tonos negros y blancos, combinados con unas rosas rojas estampadas en el mismo; sus tacones ilustres y altos hacían juego con su cabello negro adornado por una cinta roja a modo de diadema, como es común en ella; su maquillaje fue hecho por Even unas horas antes, quien la había ayudado a verse lo mas hermosa posible. Por el contrario, su abogada era una de las mejores, y la había contratado para dos cosas: La primera, para ganar ese caso; la segunda, para sorprender a Wilson. Esa persona era Agnes, quien estaba haciendo hasta lo imposible por sacar a los chicos de esa arena movediza en la que se habían metido.
El carro de Cris se estacionó frente a la casa de Helen, esperando a que ella saliera para llevarla a la corte. Junto con él, venían los demás chicos, excepto Even, en la parte trasera del carro, pero estos no se habían bajado de él. Helen agarró el bolso con sus llaves, salió de la casa y cerró la puerta con seguro; subió al carro y solo dijo un amable "Hola". Al juzgar por sus expresiones faciales ella estaba muy ansiosa y asustada por lo que iba a pasar—y si que debía estarlo.—Ella lo único que hizo en todo el camino fue mirar hacia el frente, y en ningún momento dijo una palabra a nadie, solo evitaba cualquier momento de iniciar una conversación.
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La Culpa de lo que Somos.
Mystery / ThrillerHelen, Cris, Andrew y Alice son cuatro buenos amigos con unas vidas relativamente normales y tranquilas. Todo cambia para ellos cuando uno de sus allegados muere: Sara Strong. Su vida dará un giro de 180 grados, al tener la obligación de descubrir q...