Alguien Anda Suelto.

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Helen

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Helen.

28-Octubre-2018

10:30 P.m.

Luces neón de todos los colores parpadeaban cegandome por momentos. Apoyaba mis brazos sobre las paredes de la casa, estaba muy cansada de tanto correr; sabía que eso iba a pasar, nunca debí entrar en esa casa del terror, los recuerdos del pasado iban a volver a mi y eso era lógico, y no debí entrar por la razón de que en el pueblo había un asesino suelto, y nos estaba persiguiendo.

Hacía unos minutos lo había perdido, mi ropa estaba empapada en sudor y estaba aturdida por los gritos de los payasos de juguete que se encontraban al rededor pegados de paredes negras y naranjas. Es imposible describir el miedo y el asco que sentía hacia los payasos en esos momentos. Caminé un poco mas por un pasillo corto y poco iluminado y llegue a un cuarto oscuro, a duras penas podía observar mis manos y ahí fue cuando la luz amarilla parpadeó lentamente hasta encenderse por completo y mostrar a Alice arrodillada en un rincón abrazando sus piernas con su mirada perdida; a su lado se encontraba lo peor: Un chico de la clase, lo veía tal vez una o dos veces por semana, se encontraba recostado boca abajo frente a Alice, estaba sobre un charco de sangre que se extendía hasta su cintura. Me recosté sobre la pared detrás de mi y la cabeza me daba vueltas y no podía pensar bien.

Una puerta en el otro extremo de la habitación se abrió de golpe mostrando la salida, no la salida de la casa, sino una salida de emergencia que llevaba a un enorme y desolado potrero. Le di una mirada a mi amiga y fue cuando me di cuenta que sus manos estaban ensangrentadas al igual que su blusa. Tenía que sacarla de ahí como pudiera porque apenas los policías llegaran ella seria la primera persona que interrogarían y con sangre en sus manos, seria la primera persona en ir a la cárcel.

Las sirenas comenzaron a sonar por lo alto y sabía que aquella persona de la mascara había llamado a la policía, debía pensar rápido: ¿Sacar a Alice y exponernos o dejarla ahí cargada de culpa? era lógica la opción por la que me incliné, pero aquel acontecimiento solo había hecho visible, que había un asesino suelto.

9:27 A.m. 13 Horas Antes

—Alice, ya te dije que no—reproché ante la suplica de Alice para que fuera con ellos a la casa del terror.

La víspera de Halloween estaba cerca y el pueblo organizaba una casa del terror anualmente durante una semana. Esa semana. Respecto a lo de Lili, el pueblo estaba indignado y la desconfianza creció a niveles inimaginables. No habíamos vuelto a tocar el tema de los sucedido aquella noche en el parque, y la mascara-como le llamábamos en ese momento-, no había vuelto a pronunciarse. En mi mente rondó ese recuerdo por un par de dias, pero el recuerdo iba disminuyendo poco a poco. Para suavizar el ambiente tenso de todo el mundo, los chicos me estaban invitando a la casa del terror del pueblo para distraernos un poco, pero yo no quise ir.

—Por favor, Helen, ni siquiera se por que no quieres ir—repuso Andrew.

—Tu si sabes por que no quiero ir, Andrew, todos lo saben.—dije. Ellos se miraron.

La Culpa de lo que Somos.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora