Smile for me. - Capítulo 5

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No podía dejar de mirar la hora.

¿Dónde estaba Pilar? Se suponía que debía llegar hace cuarenta y cinco minutos.

En la mañana, Louis se había puesto de acuerdo con ella para ir a comer después de la escuela. Pilar se caracterizaba por su puntualidad, ¿Le habría pasado algo? Louis estaba realmente preocupado.

Así que decidió enviarle un mensaje.

«Hey Pili! ¿Dónde estás? Estoy preocupado…»

Cada minuto que pasaba, Louis se preocupada más y más. Hasta que escucho el familiar sonido del ringtone de su celular. ¡Qué alivio!

«¡Lou! Lo siento, olvide decirte… bueno, yo… ¡Tengo una cita con Harry Styles! ¿No es maravilloso? Perdón por no poder ir, ya será otro día. Te quiero.»

Louis no podía creerlo, estaba realmente decepcionado. Y ni si quiera sabía por qué. Tal vez porque su amiga lo había dejado plantado, tal vez porque no quería que Pilar fuera una más en la lista de chicas de Harry Styles, o tal vez porque…porque él quisiera poder tener esa cita, sin que se viera mal. Poder tener una cita con Harry sin que fuese raro. Poder decirle sus sentimientos sin que pareciese sacrilegio.

Él estaba en desventaja. Sabía que, si Pilar llegaba a salir con Harry, él perdería la competencia en la que nunca ompitió.

La única persona en la que podía confiar para contarle sus secretos, se siente atraída por Harry Styles. ¿Podría ser eso peor?

Sí. Porque eso significaba que la única persona a la que podía confesarle cosas era a la hoja de papel, que terminaría en manos de Harry.

Todavía se preguntaba cuál había sido su pensamiento ante su carta. Cuál había sido su impacto. Pero se dijo a sí mismo que eso se sumaba a la lista de las cosas que nunca sabría. De las cosas que moriría antes de saber.

— ¿Así que, te gusta escribir? —preguntó Harry realmente interesado.

—Oh sí, me encanta escribir, es uno de mis pasatiempos favoritos a parte de leer. —Pilus sonrió— Creo que escribir es una muy buena forma de expresarnos, no sé…una vez que empiezas, no puedes parar. La perspectiva de las palabras que nos compartió el profesor Ross es simplemente hermosa.

Harry la miraba atentamente mientras hablaba, un poco hipnotizado por la forma de hablar de Pilar. Él nunca había salido con ese tipo de chicas. Con el tipo de chicas que hablan de libros como si fuera lo más hermoso del mundo, que hablan de temas triviales, conocedoras de cultura. Chicas sencillas, que al estar junto a ellas pasarás de largo. Pero una vez que te detienes a hablar con ellas, te atrapan. No por su cara bonita, sino por su magnífica mente. Y te das cuenta de que una mente enamora más que un rostro. Esa era la primera vez de Harry con una chica de ese tipo, y sabía, estaba muy consciente, de que sus trucos de seducción eran inmunes ante Pilar.

Harry cada vez estaba más seguro de que Pilar era la chica de la carta. Ella seguía hablando, pero poco a poco él se fue perdiendo en sus pensamientos. Había algo en ella que no le cuadraba aún. No estaba convencido de que esa chica conociera todos sus secretos. Ella ni siquiera había mencionado algo sobre alguna carta, o sobre máscaras, o sobre falsas personalidades. No había mencionado nada referente a tema que había llevado a Harry a invitarla a salir. Qué extraño. ¿O quizás estaba ocultándoselo, para que él no se sintiera presionado? Quién sabe.

Al momento de despedirse, Harry ni si quiera intentó besarla. Lo cual era raro ya que normalmente se la estuviera llevando a su departamento para echar un polvo.

Pero Pilar no era una chica normal.

Y por un momento, sintió celos de Louis por tener una mejor amiga como ella.

—Bueno, Harry, ya es un poco tarde, tengo que irme.

Pilar se levantó de su asiento y Harry la imitó.

—¿Mañana a la misma hora?

—Mañana a la misma hora — ella le guiñó un ojo y salió de allí dejando a Harry con las palabras en la boca.

Harry sonrió al recordar lo que había pasado hace algunos minutos. Pilar en verdad era única, no era como las otras chicas plásticas con las que acostumbra a salir, ella era genuina, era especial. Ella era su anónima.

No todo estaba totalmente bien estos días en la vida de Louis. En realidad, nada iba bien, y las cosas parecían empeorar día a día. Pilar le había cancelado ya dos días seguidos. Ella seguía saliendo con Harry en las tardes, por lo que en los últimos dos días no había tenido a su mejor amiga para nada.

Si es que podía llamarle mejor amiga.

Louis sabía que el tener rencor con la gente estaba mal, pero es que sentía como cada una de las palabras que Pilar decía sobre ella y Harry se clavaban cada vez más en lo profundo de su ser. La persona que él consideraba como su mejor amiga, como la única que quería verle feliz, estaba arrancándole todo lo que él quería que fuera real en su vida, le estaba arrancando de entre las manos todo lo que nunca fue suyo, todo lo que le daba esperanza para seguir luchando.

Pero, por otra parte, ¿Cómo culpar a la dulce Pilar? Louis también reconocía su error.

Él nunca le hablo de lo que sentía por Harry, nunca le hablo sobre su corazón pidiéndole a gritos por esos ojos esmeraldas. Aunque por otra parte, Louis llegó a pensar que Pilar conocía ese secreto, y nunca le había querido decir ¿Estaba ella con Harry, aun sabiendo sobre los sentimientos de Louis? Si era así, qué egoísta era Pilar. Louis sentía que era egoísta incluso siendo ignorante de sus sentimientos, incluso ignorando el dolor que embargaba a Louis cuando ella le vía en la cafetería y le guiñaba el ojo, yendo de la mano del chico al que Louis amaba.

Iba camino a casa, pensando en si Harry había leído la carta que había dejado hoy en su casillero. Pensando, imaginando, cuál sería su expresión al leerla. Al leer todas las que le había dejado en la última semana.

Las cartas le daban un consuelo. A pesar de no saber si Harry le leía, sentía como su corazón pesaba menos cada vez que metía un sobre blanco a su casillero. Era como tener un amigo, un amigo que no podía juzgarte, ni reclamarte por todos los sentimientos que plasmabas en papel. Le hablaba de muchas cosas, sin sentido y con sentido. Normalmente eran cosas sobre Harry, sobre las acciones que había estado observando. Le daba consejos, sobre el ser tú mismo, sobre todo lo que costaba ser tú mismo en esta sociedad de mierda.

Louis esperaba que de verdad le leyera.

Algo importante, un error que esperaba no cometer, era especificar el género. Debía usar un género neutro, no podía permitir que Harry supiera que no era precisamente una chica. Aunque, una parte de él, muy en el fondo, esperaba que Harry sospechara del chico tímido de ojos azules que era cuando estaba frente a él.

Pero al escribir no era tímido. Soltaba todo. Y no se cansaba. Nunca se podría cansar de escribir. Eso era lo único que le complacía en el día. Llegar a casa para escribir, ya que estaba solo la mayor parte del día, porque Pilar ya no estaba con él.

Smile for me - Larry StylinsonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora