Capítulo 28

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Buenas noches bellas lectoras, espero les haya gustado este pequeño maratón :3 Disculpen que sea un cap largo. 

Mil gracias por sus comentarios y por leer, espero actualizar pronto las demás obras. 



El latido de sus corazones comenzaron a subir conforme bajaban de los barcos.

El corazón del príncipe se encogió de ver a su reino en silencio, con neblinas y un aura grisácea de depresión.

La gente que no era guardia ni guerrero del Sur, sollozaron.

-Quédense en los barcos hasta que todo termine -Ordenó Hans – Recen porqué todo esté bien.

Jackson estaba firme al frente de toda persona, mirando con amenaza y sin miedo alguno de lo que habita en el reino ahora.

Los dragones descendieron frente a Jack, firmes y al frente.

-Oigan... -Le tembló la voz a Brutacio - ¿Y si le tengo miedo a no tener barba? ¿Una barba me atacará?

-Cállate Brutacio, esto no da risa -Dijo Patán.

La princesa Merida caminó a un lado de Jack, mirando igual con inseguridad, pero también con firmeza a lo que estuviera por venir.

-¿Estará ya esperándonos?

Le miró de reojo el ojiazul, le acercó colocando la mano en su hombro para atraerla a él.

-Mira hacia allá -Dijo señalando a las bases de las torres, el muro y al castillo colina arriba - ¿Ves esas sombras grises? No son neblina, son las pesadillas.

A la pelirroja le temblaron las rodillas de verlo, pues la neblina (mejor dicho, las pesadillas) era muy densa.

-De algo hay que morir ¿No? -Merida le sonrió con levedad.

Jack le devolvió la sonrisa.

-Es hora -Dijo ahora Hans quien se acercó a estos.

En el castillo del reino, el hombre alto de cabellos negros miraba desde el gran balcón a todas las filas de guerra llenos de hombres por devorar, sonrió dejando ver un brillo más alto del ámbar de sus ojos.

-Ya saben qué hacer -Ordenó Pitch a sus pesadillas.

Estas junto a él se disolvieron en el aire para volar hacia las lejanías del reino, a donde se aproximaban los hombres.

Merida cabalgó en uno de los caballos de Macintosh al frente, a la par del príncipe Hans, de Eugene y de los primeros guardias y guerreros.

Mientras que Jackson subió tras Merida, pues ella sabía cabalgar y sólo necesitaba apoyo para llegar al frente.

Los dragones volaban a la altura de las tropas, sin pasar a los líderes.

-¡Alto! -Ordenó Jack, haciendo que se detuvieran, en cambio los dragones volaron en la misma posición.

Todos exclamaron asombrados de ver a las pesadillas que emanaron de la nieve, viéndose ríos de estas criaturas negras y de ojos ámbar.

Todos quienes demostraron valentía, ahora dudaban de ella y de sus vidas.

Jack bajó del caballo para caminar firme a ellas, pasando a los líderes que estaban atentos al peliblanco.

Se detuvo cuando miró a una de ellas formarse en el mismo Pitch Black, quien avanzó también de frente para tener a Jack unos metros cerca.

The Snow Queen. 2do libro.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora